El Dulce Caos de Jungkook, parte 1

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Hola de nuevo, aquí su humilde servidora Sol ✌🌞

• Como saben, (y para los que no), aclaro: ésta es la segunda parte de "Sweet Chaos".
Que ésta sea una Precuela NO significa que se lea ANTES que la parte uno (Sweet Chaos).
Si todavía no la leíste, la encuentras en mi perfil.

Como aclaré en la información de esta historia, leer ésta parte antes que la primera significaría un spoiler.

• ¡No olviden seguirme en Wattpad y en Instagram (@bangtanvoys), donde aviso cosas sobre las historias! El link está en mi perfil de Wattpad.

Habiendo dicho eso... ¡A leer pendejes! 🤩

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—Malditos...

—¿Qué? ¿Dijiste algo?

—No...

—¡No te escucho!

—Dije que no.

—¡Aún no te escucho, idiota!

—¡Dije que no dije nada!

—¡No me grites!

—Lo sient... —la patada que recibió se incrustó con tanta potencia en su costilla derecha, que luego de liberar todo el aire que tenía dentro de sus pulmónes sintió perder la conciencia por un instante.

—¿Vas a llorar, Jungkook? —Otro chico que observaba desde la puerta del baño se acercó junto al inodoro donde Jungkook yacía tirado y lo miró con una sonrisa burlona y sombría—. ¡Sigue limpiando! —ordenó.

Jungkook llevó su mano a su costilla y casi sin aire logró darse vuelta en el piso. Apretó los ojos y los dientes aguantando el dolor que sentía, y continuó limpiando el inodoro, rogando en su mente que se largaran del baño para así poder quejarse del dolor a solas.

Los dos se retiraron entre risas y carcajadas, dejando la puerta entre abierta para poder observarlo desde la sala y reírse de él mientras comían snacks y cerveza.

¡Malditos hijos de puta, un día de estos voy a hacerlos tragar lavandina y me voy a reír de su muerte lenta y agonizante!, pensaba Jungkook mientras refregaba el interior del amarillento inodoro con un cepillo de dientes.

Se había acostumbrado a aguantar las lágrimas, a aguantar el dolor, no solo físico sino que también mental. Y también se había acostumbrado a callar y a ocultar.

Ese sería solo un moretón más para la colección...

—¿De dónde vienes rabioso? —preguntó su hermano del medio varias horas después al verlo entrar a la casa, mientras sacudía su cabello naranja por haber nadado en la piscina.

—No te interesa —contestó él, y entonces Hoseok lo observó de arriba a abajo con una ceja levantada.

¿Que mierda me mira?, pensó Jungkook. Se observó a si mismo como un acto refrejo; le dió miedo traer la lavandina o una esponja en las manos sin querer. Buscó algo que lo delatara, pero no encontró nada.

Por favor, deja de mirarme, estoy cansado..., cerró los ojos con pesadumbre y aguantó unas lágrimas. Y antes de que él pudiera decir otra cosa, corrió por las escaleras y se encerró en su habitación.

Se quitó toda la ropa con la sensación de estar sucio y se metió a la ducha de su habitación. Intentó relajarse bajo el chorro de agua tibia, cerrando los ojos y evitando ver sus heridas, pero éstas le provocaban un horrible ardor al contacto con el agua, y se le hacía imposible no llevar la vista hacia ellas.

Las odiaba. Y le dolía, todo le dolía mucho.

Largó algunas lágrimas con rabia y golpeó los azulejos con el puño cerrado, hasta que recordó algo. Algo que llevaba días planeando, y algo que le llenaba el pecho de emoción: ese día invitaría al chico que le gustaba a una cita, y estaba casi seguro de que él diría que si, y eso solo significaba que se harían más cercanos hasta lograr su cometido: ser novios.

Su expresión cambió inconscientemente a una sonrisa enamorada. Lavó su largo cabello asegurándose de usar ese champú que compraba siempre, uno al que una vez Samuel había halagado diciendo que "olia sexy".

Al salir de la ducha se vistió con un conjunto gris oscuro de Nike, se peinó frente al espejo del baño y se echó de su perfume que, según él, lo hacía sentir masculino.

Salió del baño esquivando la ropa y demás cosas tiradas en el piso de su habitación, y bajó las escaleras. Se sentó en el sofá de la sala, rodeado de sus hermanos y algunas personas más, quiénes estaban teniendo una de sus típicas reuniones de amigos que sucedían casi todos los días. Pero aún faltaba alguien...

Esperó pacientemente pero con un nudo en el estómago a que Samuel llegara a la casa para por fin invitarlo a la cita que tanto ansiaba tener con él.

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Jungkook's Sweet Chaos © (Precuela)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora