Parte 3. La magia esta en el aire... y la vergüenza

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Observó los diferentes tipos de tela que tenía madame Jin para túnicas ligeras y elegantes. Jiang Cheng agradecía al cielo que ninguna fuera translúcida o muy delgada.

- ¿Qué dices de una anaranjada, A-Huan? – la mujer le enseñó una tela colorida.

Jiang Cheng hizo una mueca de solo verla, está bien que fuera "Halloween", pero no quería andar por ahí luciendo como una calabaza.

- Preferiría algo más sutil y sobrio, madame Jin. Además, a tío le dará un ataque si uso eso. – rió divertido.

Al brujo más joven le seguía pareciendo increíble la interacción entre los otros dos, Jiang Cheng sabía que madame Jin no era tan vieja, después de todo se crió con su madre, la poderosa Yu ZiYuan. Sin embargo, tampoco esperaba que ésta tratara con tanta confianza y, como a un niño, al Lan.

- Eres un aburrido. – se quejó la mujer y miró al adolescente – pero ciertamente A-Yuan me matará si su hijo usa este color.

- ¿Qué tal esta? – dijo el Lan tocando una tela azul marino tornasolada que, con la luz correcta, tenía ciertos destellos morados. - ¿Qué opinas A-Cheng? Es muy suave.

El mencionado se sonrojó de inmediato. No sabía exactamente por qué; si porqué lo llamó "A-Cheng" o por el comentario de que la tela era suave.

- Yo... - se acercó a él y también tocó la tela, verificando lo que decía el mayor, seguramente su piel no sufriría de rozaduras con ella. - ... Me parece bien.

- Perfecto, entonces de manto nocturno será. - anotó madame Jin en una libreta. - Ahora les tomaré las medidas y veremos qué tipo de runas quieren.

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Hora y media más tarde, y después de haber sido toqueteados una y otra vez para tener las medidas correctas, estaban saliendo de la tienda.

- Una cosa menos pendiente. Ahora solo debemos practicar los pasos del ritual y estaremos listos para dentro de dos meses. - dijo Lan XiChen entusiasta, pero al final dudó si continuar - ¿Puedo hacerte una pregunta?

Jiang Cheng asintió.

- ¿Por qué pediste una túnica con cierre mágico y sin amoldarse al cuerpo? Tenía entendido que tu aquelarre usaba la ropa más justa para tener mejor movimiento y volar más fácil.

Se detuvo abruptamente, dejando de caminar. En serio, ¡en serio!, sentía el rostro hervir. ¿Qué iba a decirle? ¿Qué no planeaba usar nada debajo de esta y no quería que sus duraznos se marcaran en la tela? ¿Que el listón de cierre mágico que solo reaccionaba a su magia era para que nadie por accidente hiciera caer la prenda, y que al caminar esta no se abriera sola?

- ¿Jiang Cheng? - el Lan lo miraba preocupado. El brujo menor había comenzado a adquirir una tonalidad rosa que amenazaba con cubrir todo su rostro y cuello.

- Y-yo... - tragó pesado – ¡Solo quise probar algo nuevo! No veo ningún problema en ello.

Sorprendido, Lan XiChen repuso. - Claro que no hay problema, yo creo que A-Cheng se verá muy bien en ella.

Y de nuevo ahí estaba. Esa malditamente hermosa sonrisa y su estúpido corazón latiendo como loco en respuesta.

Asintió y volvió a caminar, pasando de largo a Lan XiChen por un par de pasos.

Se mantuvieron en un silencio cómodo mientras iban de vuelta hasta al centro de la plaza. Jiang Cheng pensó que esa sería la despedida, pero no esperó ver al mayor removerse nervioso sin saber cómo hablar delante de él.

Hechizo lunarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora