Amor Tachado

On a Job/ Solo un Trabajo

- Que buena mañana para trabajar, ¿Eh Mox? - carcajeó burlón Blitzø, mirando al imp abanicarse y respirar para no marearse mientras intentaba mirar un viejo mapa y luego hacia afuera de la ventana del viejo y ruidoso autobús en donde iban.

Todos estaban disfrazados burdamente, con sacos beige, gafas oscuras y sombreros, disimulando torpemente el armamento que llevaban,
y, por supuesto, sus formas.

Cómo siempre los humanos parecían completamente abstraídos en sus propios asuntos como para preocuparse por su presencia.

Moxxie torció una mueca insatisfecha hacía su jefe mientras se acariciaba las sienes.
A su lado Millie roncaba levemente boca abierta dormida sobre su hombro, un hilo de baba mojandole y su cabeza sacudiéndose ante cada rebote del bus.

- Señor, - dijo en un suspiro irritado - No entiendo aún porque viajamos aquí tan cargados. Solo tenemos que matar a una persona, no era necesario venir tan armados. Y por ese mismo motivo, ¿acaso el portal no podía dejarnos directamente en la dirección que nos proveyó el cliente?...

Blitzø estiró las piernas apoyando los pies en la parte trasera de la siguiente fila de asientos, que estaba vacía y se recostó hacia atrás antes de contestar.

- Tu no entiendes como funcionan los portales Mox - dijo con tal descaro que alguien realmente podía creer que él si sabía.- Y en cuanto a las armas, soy un jefe cuidadoso y es mejor ir preparado. La tortuga esa nos pidió que el cliente sufriera, así que es mejor tener que elegir. - dijo sacando un taladro eléctrico.

Moxxie frunció el ceño y levantó un dedo buscando ser la voz de la razón.

- Si, pero...

-¿Pero que? - interrumpió Blitzø - Mejor ir preparados para todo, ¿no te enseño nada lo que nos ha pasado antes mmm?... O quizá tenga que recordarte cuando la cagaste con esa Perra rubia satanista y su familia de Caníbales, ¿ cómo nos fue esa vez, eh?. - dijo sonriendo irónico y entretenido.

Moxxie suspiró por sus adentros y se armó de paciencia en rostro fastidiado.

- Todo lo que digo, señor, es que podríamos ser sancionados si tenemos bajas indeseadas...

Moxxie se detuvo, recostado, Blitzø había empezado a burlarse de él, haciendo morisquetas de lo que decía y abriendo y cerrando la mano como si fuera un pico.

-Nadie va a reportarnos Moxxie, y nadie de más va a morir, descuida. Deja de ser un mierdoso-quejoso. Disfrúta el viaje, casi y ya y te vuelven los colores.

Cómo siempre Blitzo actuaba con la confianza ( o necedad) que lo caracterizaba mientras se divertía a expensas de su empleado.

El imp pecoso giró los ojos y hizo mejor que insistir, repasando el mapa y viendo para afuera mientras intentaba controlar sus mareos. Eso y repasar el plan:
...

Se dirigían a la lujosa mansión de un reconocido médico, el Doctor Oliver Herd, el cual su cliente había informado volvería de sus vacaciones el día de hoy, más tarde.

Ellos habían tenido que empezar el trabajo bien temprano, pero de esta manera, contaban con tiempo de sobra.

La mansión estaba en un sitio alejado en unas verdes colinas. El ricachón podía darse todos los lujos, incluido dejar la casa y sus alrededores sola.

Para Blitzø toda esa información resultaba perfecta. Le encantaban ese tipo de clientes que tenían tal rencor que se las ingeniaban para seguir obsesionados de quienes querían vengarse, como para conseguir información detallada que acontecía exactamente en sus vidas.

Este cliente en particular le daba un poco de cosa la verdad, y eso que pasando por tantos ámbitos, Blitz conocía de todo. Quien lo había contratado tenia la forma de un Demonio Tortuga humanoide. Tenia ojos lechosos con cataratas, y apariencia anciana. Jorobado con su caparazón, tenía un cabello canoso enmarañado que le caía sucio alrededor, dándole la apariencia de algo salido de un pantano. Cargando algunas perforaciones con pines de hueso, un medallón con una cajita de madera con símbolos raros y un olor en general nauseabundo.
Para el imp, parecía un vagabundo contratado para una película de terror barata. Y quizás, más allá de la risible idea, eso y su mal olor era lo que le hacían tan incómodo al estar con él.