9• Día de la boda

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"B-Bright... bésame".

La distancia de sus caras era corta, mucho a decir verdad. El silencio de la madrugada les acompañaba en la claridad escasa que se colaba por la ventana de la cocina.

El llanto del pelinegro se había calmado, pero luego de un rato abrazándose, se separaron y sólo se quedaron mirando a los ojos.

Bright hizo caso omiso a todo lo que su cabeza le decía que estaba mal, que estaba comprometido y que iba a casarse, acercándose cuidadosamente al rostro contrario, poniendo una de sus pálidas manos para acunar la mejilla izquierda y que sus labios tocaran la suave textura de los labios contrarios.

Estúpidamente los comparó a los de su prometida, y aunque se sintió un imbécil, sabía que los del pelinegro se sentían MUCHO mejor.

Esponjosos, suaves y dulces.

El alcohol se sentía en la calidez bucal de Win, el éxtasis llegando a sus sistemas con deseos demás.

La húmeda lengua del doncel le tocó tímidamente los labios y los abrió levemente para succionar el músculo; chasquidos leves y susurros se comenzaron a escuchar en la reducida cocina.

Sus cabezas danzando, y sus grandes manos apretando la cintura de... ese chico. Se separaron por falta de oxígeno.

"N-no... Win, esto... e-está jodidamente mal —Se alejó— No."

—Mi amor, ¿ya estás listo?—

Pegó un salto por el susto que sintió al oír repentinamente el grito de su madre. Se había quedado parado frente al espejo, mirando como ese pulcro traje negro se le ajustaba al cuerpo; y ahora recordaba porque se veía en la superficie frente a él.

El traje le incomodó desde siempre, le molestaba ligeramente el cuello y buscaba una forma de acabar con ello. Luego los recuerdos de la noche en la que encontró a Win tomando lo golpearon, haciendo que se quedase paralizado tocándose inconscientemente los labios.

Era viernes.

El día de su boda.

Había llegado a Daegu el jueves en la tarde, y sus amigos lo dejaron en la casa de sus padres, así como sería desde el principio. Allí se alistó y arregló para la celebración de su matrimonio con Pam.

—S-sí, mamá ya estoy... listo.— Soltó la última palabra en un suspiro y se dio un último vistazo en el espejo.

—Me siento orgullosa de ti, Bright— Dijo su madre a su lado —Ojalá Frank fuera como tu hijo..—

—Mamá..—

—Si, si, No pelearemos, amor. ¡Es el día de tu boda!—

Era su boda.

No volvería a ver a Win. Eso era seguro.

Ni su hermano, ni sus amigos tendrían alguna otra comunicación con el chico de hebras pelinegras.

No sabría de él.

Nada de Win. Y nada de Dew.

Los iba a olvidar.

Y el corazón se le partió por enésima vez desde que los dejó, pero debía hacerlo, no había nada más que hacer, recordaría esos días como una anécdota y olvidaría a Win... y Dew, quien lo llamó papá, porque eso era lo correcto.












 y Dew, quien lo llamó papá, porque eso era lo correcto

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Y pues no.. no se quedaron en Busan!!!...

Stripteases [Every Night] From TodayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora