Mi pequeña Hufflepuf.

Capituló 63.¿Donde esta el?

Isis.
2 de mayo de 1998.
Era media noche Harry había ido a buscar el horrocrux a la sala de menesteres y entonces Draco los iba siguiendo en cuanto salieron del fuego una parte de mi se preocupó al solo ver a Harry,Ron y Hermione en las escaleras y entonces hablé.

—¿¡Donde está el!?—pregunté con lágrimas en mis ojos.

—Tranquila pequeña estoy aquí.—dijo Ron abrazándome.

Estaba confundida aún mis sentimientos hacia Draco seguían ahí a pesar de que lo odiaba por lo que me había hecho a mi entonces escuché a Hermione.

—Harry creo que ella no estaba preguntando por Ron.—susurró.

—Lo se Hermione.—respondió Harry.

««6 meses atrás»»
22 de septiembre de 1997.
Habían pasado dos días,estaba sola en el bosque y los días cada vez parecían más oscuros tenía miedo pero tenía que resistir volver con Draco estaría bien pero esta vez no quería saber nada de él no después de lo que sucedió esa misma noche.
Me senté en el suelo dejando que a mi rostro entrara el aire que venía y iba y entonces los recuerdos vagaron por mi mente.

Seguía corriendo sin lugar fijo,había pensado volver a casa pero no sabía hacer apariciones ya que jamás fui a esas clases que dieron en sexto año y ahora estaba perdida ni si quiera sabía donde me encontraba hasta que escuche un ruido sobre aquel árbol de la orilla.

—¿Quien está ahí?—dije sacando mi varita estaba preparada para lanzar cualquier hechizo entonces de ese árbol apareció ese rubio platinado con esa expresión de arrepentimiento y culpa.

—Volvamos a casa pequeña.—dijo Draco en voz baja.

—¿Volver a casa?¿A nuestra casa?—dije indignada.

—No hagas un escándalo esto es patético Isis y estamos en peligro aquí.—dijo.

—Patético dices.—dije lamiendo mis labios estaba comenzando a enojarme.—¡Tú prácticamente me dijiste lárgate!

—¡No era mi intención y tú no quisiste hablarles sobre nuestro compromiso!—contestó alzando la voz.

—¡Aún no estaba lista! Y además ellos llegaron de la nada.—dije.

—Si claro y ¿quieres que yo me crea eso?—dijo furioso.

—¡Si!

—¡Bien! Creo que comprometernos fue mala idea y esto no va a funcionar.—dijo sin dudar.

—¡Oh púdrete Draco!—dije quitando el anillo de mi mano izquierda donde estaba colocado y lo tiré en la tierra.

Draco vio con atención como quitaba el anillo y me iba lejos de ahí solo esperaba una palabra de él para que paráramos esto pero él jamás habló y seguí corriendo.

Lágrimas caían sobre mi rostro y decidí seguir mi camino para volver a casa de papá.

Odiaba a Draco pero sabía perfectamente que él siempre será mi gran amor y por lo tanto siempre lo amaré así tengamos mil peleas pero sentía que esto era definitivo.