♯O2↳ ¿αlɢυιeɴ нα vιѕтo α αĸαzα?

407 70 14
                                    

────────────────────────

─¿Qué necesitas? ─pregunta por tercera vez, ¿acaso el tipo no escuchó cuando le ofreció su ayuda las veces anteriores o qué?

─¿Puedes decirme la hora?

Okey, esto era algo que no se esperaba.

─¿Qué? ─Quiere corroborar.

─¡¿Me puedes decir qué hora es?! ─habla más fuerte, creyendo que el contrario no había podido escucharlo bien.

Los pobres oídos de Hakuji pagaron el precio.

Quizás atender a este cliente terminará siendo más difícil de lo que pensó; adiós a eso de salir a su hora.

────────────────────────

─Son las... cuatro y cincuenta y tres ─contesta después de echar un rápido vistazo al reloj. Todavía estaba un poco aturdido.

─Mm, más tarde de lo que creí ─comenta para sí mismo. A Hakuji le cuesta darse cuenta de esto, pues todavía lo seguía mirando directamente así que creyó que todavía hablaba con él.

─Amigo, ¿qué necesitabas? ─No quiere sonar chocante ni nada, eso no le favorecería en la posible venta, simplemente, ese sujeto lo confunde mucho.

Es extraño.

─Mi hermano me dijo que pasara por aquí; desea comprar una línea pero no ha tenido el tiempo de venir para averiguar él mismo los precios.

Bueno, al menos ya por fin sabe qué es lo que quiere. Ahora sí estaban hablando de negocios.

─En ese caso, has venido al sitio correcto. Permíteme que te explique un poco sobre cómo nos manejamos y todos los beneficios que obtienes al adquirir una de nuestras líneas ─Apoya sus codos sobre la repisa cómodamente, preparándose para comenzar─: Movistar te ofrece bonificaciones y ofertas cada que...

────────────────────────

Douma acaba de salir de la oficina de Michikatsu, gracias a Dios, no mandaron un reporte con Kibutsuji, pero le advirtieron que lo harían si se le ocurre volver a poner incómoda a una mujer... en realidad, a cualquier cliente.

Un poco exhausto de haber escuchado más de lo mismo, se dirige a su sitio para recoger sus cosas y prepararse para irse.

─Vaya, no pensé que ibas a salir de ahí jamás ─bromea una voz a su lado─, duraste demasiado esta vez, debiste haber hecho algo muy malo para que el gerente te retuviera por tanto tiempo.

─No hagas como si no supieras lo que pasa, Kaigaku ─interviene una mujer de cabello blanco y ojos verdes─. Es obvio que Douma tuvo otro problema con una mujer, desde que entraste a trabajar ya lo han llamado como tres veces, no debería sorprenderte.

─¡No es que esté sorprendido! simplemente me divierte el hecho de que siempre esté metido en problemas y por lo mismo.

─Pues no tendría por qué, no veo qué tiene de divertido ─Los mira mal a ambos─. El comportamiento de Douma deja mucho que desear y pone mal el nombre de la empresa... nos va a correr los clientes a este paso.

─Oh Daki, ¡no exageres! ─Douma voltea a verla una vez que arregló sus cosas─ yo solo juego, ellas no entienden mi manera de ver las cosas.

─Nadie la entiende ─suspira con cansancio, harta de tratar de explicarle lo mismo.

─¿Ya estás lista? ─cuestiona una nueva presencia en el lugar.

─Sí. Gyuutaro, ¿hablaste con Kibutsuji sobre lo que te pedí? ─Lo ve asentir en confirmación a su duda─ ¿y qué te dijo?

─Te lo cuento en el camino ─No está dispuesto a decir nada con el par de chismosos esos ahí.

─Mm, está bien ─Ella comprende sus razones y acepta sin mayor problema.

─Bueno, hasta mañana ─Se despide el de hebras verdosas, pues su hermana se adelantó a la salida sin dirigir ni un adiós a sus compañeros.

─Hasta mañana Gyuutaro ─responde solo Douma, pues Kaigaku no era precisamente el chico con los mejores modales.

Tal vez era por eso que solía discutir tanto con Daki.

─Oye, ¿has visto a Akaza? ─interroga el de cabello claro.

─No, creí que ya se había ido. Su turno terminaba antes que el de nosotros hoy.

─Sí, pero escuché que todavía estaba por ahí, al parecer atendía a un cliente poco antes de que terminara su horario... ¿no sabes si ya terminó?

─Te dije que no, apenas y lo conozco, no estoy al pendiente de todo lo que hace.

─¡Ay, pero no te enfades! Solo quiero asegurarme de que no me haya abandonado.

─¿Abandonado? ¿ustedes se van juntos?

─No, pero si sale a la misma hora que yo, no tendrá opción ─ensancha su sonrisa.

─Mm, lo que digas ─El de pelo negro lo mira raro─. Me tengo que ir, suerte con... lo que sea que quieras hacer ─Es su forma de despedirse mientras cruza el umbral de la puerta.

─¡Gracias! ¡Hasta mañana! ─Se despide con energía, agitando uno de sus brazos aunque el contrario ya no pudiera verlo─ Ahora... ¿dónde se habrá metido mi amigo Akaza? ─pregunta en voz alta, notablemente emocionado mientras se va a inspeccionar todos los rincones de la empresa; dispuesto a dar con él.

Se iban a ir juntos, e iba a ser maravilloso.

────────────────────────

₊❏❜ ⋮ cαмвιαтe α мovιѕтαr, ĸyojυro [ᵏⁿʸ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora