1

387 73 10
                                    

╳╳╳╳╳╳╳╳╳

Cerré la puerta rápidamente detrás de mí y caí agotada al suelo. Me tomé un momento para llenar mis pulmones de oxígeno y exhalar profundamente, después de unos segundos me arrastré exageradamente hacia a la mesa que había cerca de la puerta principal y con las fuerzas que me quedaban alargué la mano para agarrar el mando que encendía el aire acondicionado.

«Maldito calor...» Estábamos a mitades de verano y se notaba en el clima, muchísimo.

Acababa de regresar de acompañar a Yeontan a dar un largo paseo por la ciudad, por otra parte, Yeontan corría demasiado rápido como para que yo pudiese seguirle el ritmo.

La casa estaba en completo silencio y en completa oscuridad, a excepción de los rayos de luz que se colaban por la delgada tela de algodón de las cortinas que había en el salón, por lo que las abrí para que la luz pudiese invadir por completo las paredes blancas. Era una casa muy iluminada en el día.

Atravesé la sala de la casa de Taehyung y solté la correa de Yeontan para que pudiese corretear tal y como siempre solía hacer. Pocos segundos después éste desapareció por el arco que llevaba a la cocina, escuché cómo sus ladridos se desvanecían cada vez más en la lejanía.

— ¡Taehyung! ¿Estas ahí? — exclamé hacia al segundo piso mientras acomodaba algunos juguetes y muchas almohadas que habían esparcidas por el suelo, seguramente de cuando unas horas antes Taehyung y Yeontan estuvieron jugando al escondite.

No recibí respuesta alguna después de unos largos segundos de completo silencio, así que dejé las bolsas con galletas que había salido a comprar y decidí ir a saludar a Taehyung por mí misma.

— Por favor... no me digas que estás escondiéndote y que de la nada saldrás para darme un mini-ataque cardíaco. — advertí vigilando bien el perímetro, ya era común que cuando llegase a casa él me tuviese alguna sorpresa preparada, desde un bonito dibujo de mí o de cualquier otra cosa hasta una emboscada con una pistola de agua o una manguera que quién sabe cómo llegó hasta sus manos. 

Las escaleras llevaban a pasillo oscuro que llevaba a un par de habitaciones para invitados, otros cuartos y a nuestra habitación. Me mantuve alerta en caso de que tuviese que usar algo para defenderme del ataque sorpresa, pero bajé la guardia al ver que la puerta del desván era la única que estaba abierta y con la luz encendida. Era el único lugar donde Taehyung podría estar, ya que era imposible que atravesase una pared para rociarme con agua fría.

— Eh, he traído las galletas que pediste... he recorrido la ciudad entera buscándolas. — mencioné, resaltando las últimas palabras — Y también traje hilo, como pediste. — eché un vistazo al cuadro que se encontraba en una de las paredes, donde habían pintados la madre de Taehyung y él, ambos sonriendo felizmente. Por milésima vez pensé en cuánto había cambiado Taehyung desde aquél día de hace cuatro años.

Cuatro años que habían ido de maravilla, donde él puso muchísimo esfuerzo y consiguió mejorar notablemente mentalmente y físicamente. Antes estaba herido en ambas formas y ahora se notaba el gran cambio en el que Taehyung estuvo trabajando, aquello me ponía feliz y no podía evitar sonreír al pensar lo fuerte que era.

Volví la cabeza dirigiéndola de nuevo hacia al desván.

— ¿Uh?¿Por qué estás tan callado? — vacilé mientras cruzaba los brazos, acercándome cada vez más a donde estaba él — ¿No vas a darme la bienvenida solo porque os regañé a Yeontan y a ti por poner la casa patas arriba? — bromeé mientras llegué a la puerta, asomé un poco la vista para poder ver el interior y con algo de dificultad logré ver en la pared la silueta tan reconocible de Taehyung.

Parecía estar completamente quieto mientras mantenía la mirada fija en algo que tenía en sus manos, un supuesto objeto que se mezclaba con su sombra y por eso no podía reconocer.

— ¡Baaaaaah! — entré dándole un empujón a la puerta con la intención de asustarlo antes de que él pudiese asustarme a mí.

Aún así, él pareció no percatarse de mi presencia hasta que le toqué el hombro y solté una pequeña risa burlona pero tampoco se sobresaltó como normalmente lo haría, tan solo dejó caer el objeto que tenía en sus manos y se giró para quedar frente a mí y sonreírme como hacía cada vez que nos veíamos.

— Oh, ___. No te había visto entrar y tampoco escuché nada, perdón. — se disculpó sin quitar la sonrisa, tomó mi mano y la acarició con su mejilla, algo que solía hacer para enseñarme su amor de la forma más tierna posible. Le sonreí de vuelta y respondí a su gesto acariciando su piel con mi pulgar.

— ¿Qué estabas haciendo aquí? — pregunté revisando la desordenada habitación con la mirada, y, en mi distracción, él empujó con una ágil patada fuera de mi vista el objeto que anteriormente había dejado caer antes de que yo pudiese ver de lo que se trataba.

— ¿Hmm? Ah... Limpiando, supongo. Creo que una vez dijiste que querías tirar algunas cosas y... y por eso vine aquí, supongo. — habló después de una pequeña pausa, asentí varias veces porque todo lo que había dicho era cierto o al menos yo recordaba que alguna vez le mencioné que debíamos revisar el desván. Él pareció percatarse de que mis ojos disimuladamente buscaban el misterioso objeto que él había apartado de mí.

— Oye, ___... Mejor hablemos en la sala, ¿sí? — habló después de carraspear la garganta, posteriormente me empujó suavemente hacia a fuera del desván — Por favor. 

╳╳╳╳╳╳╳╳╳

¡Primer capítulo! Algo corto, pero aquí comienza de nuevo.
Espero que les guste.

¡No se olviden de votar!

- R.

no way out † kth † #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora