Fue un día de invierno cuando YoonGi sufrió aquella decepción amorosa que lo había atormentado por un largo tiempo.
Estaba tan dolido que, después de eso, su vida se tornó monótona pues sólo despertaba, comía y dormía.
“Masoquismo”.
Quizás esa palabra describía el hecho de que a veces se acostaba en el sillón de su sala y se colocaba los audífonos para escuchar música triste mientras lloraba.
Estaba harto. A pesar de desahogarse llorando por las mañanas al despertar, en la tarde al recordar lo mal que se sentía, y en las noches mientras intentaba dormir, en verdad se sentía cansado.
Se encontraba furioso consigo mismo, frustrado, agotado y también melancólico.
Tenía que hacer algo.
Fue entonces cuando, una noche de primavera, se encontró con aquella hechicera, quien le quitaría ese sentimiento por el que tanto ha sufrido: el amor.
Y ya habían pasado seis meses después de ello.
Ahora mismo, se encontraba en un parque, sentado en una banca, analizando cada persona que pasaba.
[I]«Mhm, esa señora pasó por aquí la semana pasada. Si viene la que sigue, ya tengo a quién arrebatarle el alma» pensó el chico observando detalladamente el camino que tomaba la mujer.
Luego, el peli-azul vio pasar a un chico frente a él.
[I]«Un joven. Primera vez que lo veo por aquí, lo dejaré para después, quizás mañana pase»
Entonces, encontró a la persona ideal para robarle el alma.
Se trataba de un señor no tan grande pero tampoco joven. Iba caminando lentamente por el parque, y en realidad, era la mejor opción que tenía YoonGi para ese momento.
El joven Min se levantó de su no tan cómodo asiento, y comenzó a seguir a ese hombre.
Rápidamente, YoonGi se apareció frente a él, pero el señor no le tomó importancia, únicamente lo esquivó como si fuera cualquier tipo de obstáculo en su camino.
El chico de piel pálida comenzó a perseguir al hombre, y ya se había dado cuenta.
¡Tenía que ir más rápido! Si no, YoonGi no alcanzaría al señor que estaba a punto de cruzar la calle.
Para su suerte, el semáforo aún estaba en rojo. Pero, por el contrario, algo más sucedió.
—¡Cuidadooo!
En ese momento, la ira y el enojo estaban consumiendo a YoonGi debido a que, un chico que manejaba bicicleta, se cruzó entre el señor y el joven Min, ocasionando entorpecer el plan del chico pálido.
[I]«¡Aléjate!» pensó YoonGi, aunque mas bien, estaba a punto de decirlo.
—¡Lo siento! —dijo el ciclista agitado—. ¿Están bien?
—¡Sí, lo estamo...! —respondía con enojo YoonGi, pero se detuvo al observar cómo el señor al que perseguía se alejaba de él rápidamente.
[I]«... ¡Tonto ciclista! ¡Me las vas a pagar!»
Enfurecido, YoonGi miró al chico de la bicicleta, quería hacerle algo malo, estaba muy enojado. Pero, al parecer, ese chico tenía prisa porque una vez que preguntó cómo estaban los otros, rápidamente se fue de ahí.
Así que, ahora tenía que aceptarlo; había fracasado.
Decepcionado, caminó hacia su hogar pues, normalmente robaba dos almas al día, y esa vez, únicamente había podido robar una de camino a casa. La primera que intentó arrebatar escapó por culpa de un ¡tonto ciclista!
Y el día siguiente no fue mejor, aunque esa vez no se trataba de almas por lo que estaba enojado, sino porque tenía hambre y algo había pasado.
Sí, también necesitaba comer como todos los demás.
Ese día, tenía un antojo, y era comer ramen.
Caminó hacia una tienda y entró a ella para dirigirse a la caja y pedir un pequeño empaque de ramen.
—¿Podría darme una caja de ramen?
YoonGi no podía estar más sorprendido. Pero, ¿por qué?
Cuando el chico frente a él pidió una caja de ramen, lo que esperaba era que le dieran un pequeño empaque del producto. ¡Nunca llegó a imaginar que, en realidad, el chico se refería a una caja de ramen, literalmente!
¿Quién rayos compraba una caja con muchos empaques de ramen?
La respuesta llegó a YoonGi cuando vio cómo el chico pagaba su compra.
En realidad, no había razón alguna para molestarse por lo que el otro había hecho.
Bueno, no había, eso está claro.
Pero todo cambió cuando él estaba a punto de pedir su empaque de ramen.
—Lo siento, se acaban de llevar los últimos que quedaban.
¿Quién pudo haber hecho eso?
Una sola persona: el chico que se encontraba frente a él hace un momento.
La mirada de YoonGi se dirigió hacia el otro, quien se encontraba caminando por la tienda con la caja de ramen, dirigiéndose a la salida.
Esa era razón suficiente para enojarse profundamente con la persona que pidió una caja con ramen.
Y ésto era el porqué: YoonGi tenía antojo de ramen. Salió de su casa con mucho cansancio sólo para comprarlo. Y ahora, se habían llevado lo último que quedaba en aquella tienda. ¡Y por supuesto que no pensaba alejarse más y tener que ir a otra!
Lo único que pasaba por la mente del joven Min en ese momento era: “Tonto chico, me las vas a pagar”.
¡Sus días estaban siendo de lo peor!
Primero ayer, cuando intentó robarle el alma al señor. Y ahora ésto, ¡no queda ramen!
Rayos, ¿cómo puede ser que ya no haya ramen en una tienda? ¿Eso se puede?
En tan sólo dos días, ya había encontrado a las personas que más odiaba.
Llegó a su casa y se acostó en el sillón de la sala, observando el techo del lugar.
Intentaba tranquilizarse después de aquello que le había sucedido.
Pero, esa paz no duró mucho. Inmediatamente se esfumó, una vez que se puso a pensar y recordar.
Todo eso le llevó a una cosa: ¡enojarse aún más!
Cuando miraba atentamente el techo de la sala y comenzó a pensar, se dio cuenta que, el ciclista y el chico de la tienda que se había llevado todo el ramen, ¡eran la misma persona!
[I]«¿Será posible? ¿Cómo no me di cuenta antes?» pensaba indignado.
Era el mismo tonto y molesto chico rubio que le ha hecho la vida imposible durantes los últimos dos días. El mismo que se interpuso entre él y el señor que intentaba cruzar la calle. El chico que se llevó todo el producto que quedaba de lo que quería.
¿Cómo un chico con un rostro tan tierno e inocente, podría llegar a ser tan molesto?
Eso lo hacía aún más irritante.
Así que, con la furia consumiéndolo, YoonGi tomó una decisión: tenía que robarle el alma a ese chico.
Muchas veces, nos dejamos llevar por las emociones que sentimos en determinado momento, dejamos que nuestras decisiones se conviertan en un impulso basado en lo que estamos viviendo.
Esta vez, YoonGi se encontraba en una situación parecida, donde se encontraba tan frustrado que, estaba decidido a vengarse de aquel chico.
Lo que no sabe es que, probablemente, eso sea algo imposible.
¿Por qué?
Porque el amor está por aparecerse frente a él, y aún no se ha dado cuenta.
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Ladrón de Almas
Fanfiction"El robaba almas para saciar su corazón, pero, ¿por qué a él no pudo arrebatársela?" Primera publicación aquí: 27/06/2021 En emisión. Las actualizaciones son lentas pues soy una vaga escritora con poco tiempo que sufre de bloqueos ocasionales. Todo...