Habían pasado dos días desde que había ido al restaurante con Christopher. El mayor no dejaba de ir a verlo al burdel, siempre se quedaban platicando o en la habitación para poder hablar con más comodidad. En esos dos días no le había dicho nada a Christopher, sabía que en algún momento ese hombre llegaría y lo acusaría con el jefe y tendría su castigo, pero no le importaba.
Erick tenía un plan para librarse antes de todo, o eso creía.
Había leído en su habitación una vez más las reglas del burdel, descubriendo que se podía renunciar antes del fin del contrato pero tendría que pagarse una cantidad alta de dinero.
Al principio había puesto el par de opciones frente suyo, pensando si debería pagar el dinero o ir con Jessica y decirle que estaba en una "relación" amorosa con uno de los clientes para que lo despidieran, pero eso incluía el hecho de tener que trabajar hasta el final de la semana y posiblemente tener que tomar el castigo en caso de que el hombre llegara a hablar.
—¿Por qué no le pides dinero a tu enamorado? Ese hombre es millonario, lo que pide el burdel seguro no es nada para él. —le había dicho Charlie quien lo miraba preocupada.
—No lo haré, no abusaré de su dinero. Si me pasa algo yo mismo me lo busqué, sabía las consecuencias de salir con Christopher y en su momento no me importó.
La chica sobó su espalda y terminó de maquillarlo.
No abusaría de Christopher. Nunca lo haría.
Y entonces allí se encontraban, ambos sin prenda alguna, disfrutando de un momento antes de que la hora se terminara y tuvieran que alejarse una vez más.
—¿Sabes la historia de la oreja de Van Gogh? —Erick negó con una sonrisa cerrando los ojos ante el tacto de Christopher sobre su espalda, acariciándola suavemente—Es la versión oficial a pesar de que hay muchas que la contradicen. Pero mi favorita es la versión alemán que dice que Van Gogh se cortó la oreja después de pelearse con Paul Gauguin, uno de sus colegas. Era mentalmente inestable y la locura lo llevó a cortarse la oreja.
—¿Y eso qué tiene de interesante? —preguntó Erick divertido por las historias que Christopher le contaba siempre, las cuales Erick nunca sabría si no fueran por él.
—Lo interesante de esto es que muchos dicen que perdió la oreja en el lugar de la pelea con su colega, justo en frente de un burdel. Pero todos afirman que es mentira, y que en verdad su oreja se la dio a una hermosa joven francesa de dieciocho años que trabajaba en el burdel, porque él estaba enamorado de ella. Hay pinturas donde retratan a una mujer hermosa platicando cómodamente con Van Gogh, demostrando el profundo amor que le tenía a la muchacha.
Erick lo miró a los ojos y rió bajo, acomodándose en el pecho de Christopher y entrelazando sus dedos con los propios.
—No es oficial pero entonces me puse a pensar en lo enamorado y perturbado que debió haber estado para darle su oreja.
—Yo creo que es romántico, digo, es extraño pero creo que es muy lindo. ¿Quién no desea tener la oreja de uno de tus clientes enamorados del burdel? —Christopher soltó una carcajada.
—¿A ti te gustaría que alguien te regalara su oreja? —bromeo Christopher enternecido.
—Solo si tiene un bonita oreja. —respondió riendo y acomodándose en su lugar.
Ambos dejaron de reír y se miraron con dulzura, casi sintiendo el poder del amor que se tenían el uno al otro.
Un cómodo silencio se instaló en la habitación y Christopher se inclinó para aspirar el dulce aroma de los cabellos de Erick, deslizando sus labios hacia su oído para poder susurrarle.
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Bonsoir Monsieur 《ChrisErick》
De TodoSi el dinero no compra la felicidad, ¿por que Christopher se sentía en el cielo cada vez que pagaba por una noche con aquel hermoso muchacho? ⇢ Christopher top ⇢ Erick bottom ⇢ Adaptación nota: esta historia no es mía, todos los créditos a ©nattxn...