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Ya lo sabia . . . ni lo menciono a nadie pero ya lo sabia . . . 

Sasori ya sabia . . .

No podría ver a su hijo . . .

No le dijo a Deidara . . .

No le dijo a nadie . . .

Nadie lo debía saber mas que él y su consciencia sucia . . . 

Solo él . . .

El pensamiento lo mataba . . .

El no poder decirle a nadie que ya sabia el tiempo que le quedaba . . .

El pensar en que en los momentos difíciles no estaría al lado de su amado y de su hijo . . .

Nada nunca le dio tanto coraje como pensar en ello . . . 

Su corazón quería despertar de este profundo sueño llego de melancolía disfrazada . . .

Pero . . .

Finalmente lo acepto . . .

Finalmente su consciencia parecía no pesar mas . . .

Parecía aceptar que aquella sala de hospital donde se encontraba reposado en una camilla . . . 

Seria lo ultimo que quedaría en su mente . . .

Pero aun no . . .

No se iría sin saber que Deidara estaría a salvo junto a su hijo . . .

No . . .

.

.

.

En un cementerio de la ciudad la lluvia parecía empapar  de llanto a todos los presentes vestidos de  negro . . .

Rodeando a una estatua de ángel con los brazos rodeando un ataúd blanco con una bella joven de cabello marrón , vestida con un vestido blanco como las rosas que sostenía en sus manos y que reposaban en su cabeza . . .

Todos los presentes lloraban en silencio , guardando su dolor como si no quisiesen despertar a la joven que dormía en el ataúd . . .

Hasta que una mujer de cabello rojo largo rompió en llanto . . .

Gritando desconsoladamente mientras un hombre de cabello color amarillo junto con un joven de bigotes de gato intentaban consolarla . . .

Pero era inútil . . . El llanto de aquella mujer que consideraba a la joven con rosas blancas como su hija parecía no querer cesar hasta que todo el triste lugar fuese cubierto por su llanto . . .

Mientras que unos escasos metros . . .

Un hombre con una cicatriz cubriéndole la mitad de la cara con un parche tapando uno de sus ojos  y un hombre de cabello blanco con mascarilla tapando la mitad inferior de su rostro tiraban dos flores color blanco al ataúd que ahora descendía metros bajo tierra . . .

Llevando a la joven junto con el niño que nunca pudo nacer al lugar donde descansarían . . .

Para siempre . . .

.

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Llegaste a devolverme la vida °T/Obidei°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora