nefarious

capitulo 12

Rendirse

Mirando sombríamente el río de sangre que estaban siguiendo, la nariz de Kagome se arrugó con disgusto por el olor mientras agarraba la espalda de Inuyasha, sin querer caer y caer en picado.

Por mucho que realmente odiara a la princesa Abi por matar a todas esas personas, también podía entender su necesidad de ayudar a su madre a recuperarse. Sin embargo, ella, al igual que todos los demás que alguna vez habían aceptado la "ayuda" de Naraku, había descubierto su naturaleza engañosa cuando se volvió contra ellos y mató a la madre de Abi decapitandola para proporcionar una ruta alternativa al otro mundo. Como ninguno de ellos podía usar las puertas de las Montañas de Fuego, era la única otra forma. Ella suspiró. Hubiera sido mucho más fácil si simplemente hubieran podido convencer a los guardianes de las puertas para que los dejaran pasar, mientras aún estaban vivos. Habían estado perfectamente dispuestos a dejarlos pasar, pero solo si estaban muertos. Sin embargo, no estaba lista para unirse a Abi y su madre en el otro lado de forma permanente, ni siquiera para ganar ese último fragmento.

Ella se rió irónicamente para sí misma. Creo que el único al que Naraku no ha matado después de intentar algún plan para usarlo es Sesshoumaru, y lo intentó. Simplemente no tuvo éxito.

Aún así, mientras Sesshoumaru estaba haciendo solo los dioses sabían qué, ella corría hacia esta apertura hacia el inframundo, y no pudo evitar preguntarse cómo demonios se suponía que regresarían de allí. ¿De qué serviría ganar un pequeño fragmento de la joya si quedaran varados en el mundo de los muertos? Después de todo, este camino de sangre solo mantendría el camino abierto durante una cierta cantidad de tiempo, después de lo cual quedarían atrapados en ese lado sin camino de regreso. Y estaba casi segura de que Naraku estaría en su mejor momento para encontrar una manera de mantenerlos varados allí mientras él regresaba, ¿qué mejor manera de vencerlos a todos que dejándolos varados en otro mundo?

Si pudiera lograrlo, ganaría la pequeña competencia entre él e Inuyasha por defecto.

Por supuesto, todavía tendría que lidiar con Sesshomaru ... sin embargo, Kagome no tenía intenciones de quedarse atrapada como un ser vivo al borde del inframundo mientras Naraku causaba estragos en el mundo de los vivos. Si tuviera que arrastrarse fuera del inframundo una maldita pulgada a la vez, lo haría. Ese bastardo no la derrotaría tan fácilmente.

"Debemos darnos prisa, Inuyasha," exhortó Miroku mientras él y Sango aceleraban hacia Kirara. "Esta entrada solo permanecerá abierta un tiempo, y si se cierra con nosotros en el otro lado…" se detuvo, y Kagome casi quería reír al saber que obviamente estaban pensando en las mismas líneas.

"¡Keh! ¿Crees que soy sordo o algo así? Escuché lo que dijo Naraku, idiota, y no planeo quedarme atrapado allí, ¡especialmente si ese hijo de puta regresa aquí!" Inuyasha gritó en respuesta, enojado por la suposición del monje de su falta de inteligencia. Entonces, claro, se enojaba cuando Naraku estaba cerca y, a veces, ignoraba cosas que no debería, ¡pero no era estúpido! "Solo te preocupas por ti y Sango, ¿entendido?"

"Inuyasha," dijo Kagome con frialdad pero con un poco de advertencia en su tono, "cálmate. Miroku solo está preocupado, no hay necesidad de que actúes así."

"¡Me estoy cansando de que todos piensen que soy un idiota!" espetó él, gruñendo un poco cuando el mundo real que los rodeaba comenzaba a desvanecerse y una niebla blanca se extendía hacia ellos cuando llegaban a la entrada al otro mundo.

Entrecerrando los ojos en la parte posterior de la cabeza del hanyou, tiró de un mechón de su cabello. "Ahora sabes cómo me siento cuando siempre quieres pensar que soy un debilucho que no puede defenderse", dijo bruscamente. Justo cuando él abrió la boca para retroceder, ella tiró de la cerradura con más fuerza. "No te atrevas, Inuyasha. Solo cállate. ¿Necesito recordarte quién fue el que realmente dañó a Naraku y casi logró matarlo? No fuiste tú, y no fue Sesshomaru," agregó con fuerza, ignorando su tensión repentina. "Presta atención a hacia dónde vamos. Ahora no es el momento de pelear".