IV- Sueños

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Fue un beso suave y tierno, de esos que se dan cuando intentas unir los fragmentos de alguien. Nunca había pensado que alguien tuviera la capacidad de curarte tan sólo besándote, lo descubrí aquel día donde me quebré más que nunca y en cuestión de segundos volví a ser yo, y tal vez hubiera sido mejor seguir quebrada.

"No. No. No. No puedes hacer esto, te lo prometiste y debes cumplirlo, lo que sientes en sus brazos es solo pasajero, mejor quedarse con algo que debe durar siempre y ese algo es tu máscara"

–L-Lo siento, esto no debió pasar –dije separándome del chico frente a mí–.

–Es cierto, fue solo una confusión... Un momento de quebranto lo puede tener cualquier persona -respondió este mientras en sus ojos se iban formando un mar de tristeza y decepción–.

–Creo que ya deberías irte, es tarde madre puede venir en cualquier momento –mencioné con la vista en el suelo –.

"No, lo estás haciendo todo mal, no mires al suelo, no tartamudez, vista al frente y habla firme y claro como si nada de esto hubiera pasado, si quieres que lo olvide primero debes olvidarlo tú"

Me exigió mi subconsciente ante aquella acción y como buena muñeca obedecí.

–Tienes razón... Nos vemos mañana en el colegio.

–Espera... –dije agarrándolo de la camisa evitando que emprendiera su huída.

Hikaru se giró con un pequeño brillo de esperanza en aquellas esmeraldas, el cual se desvaneció después de mis palabras.

–Tienes un papel en el zapato –mencioné quitando dicho objeto.

–Ah... Un papel... Espera, ¿me lo puedes enseñar un momento?

–No te tienes que preocupar, es solo la lista de invitados a mi fiesta.

–No importa, déjame ver –al enseñárselo su semblante cambió completamente, pasó de demostrar decepción a una completa concentración, tanta que padecía estar en otro mundo –¿Conoces a este tal Yoshi?

–Se supone que si está en mi lista de invitados es porque lo conozco ¿no? Pero sí, es un amigo un poco... –me detuve intentado encontrar las palabras para describirlo –insistente.

–Esto no te lo había dicho pero todos los portadores tenemos ciertas habilidades otorgadas por los dioses, por ejemplo, tú al igual que yo podemos ver los pensamientos, yo además de eso también puedo observar distintas escenas futuras o pasadas de la vida de una persona si tengo su nombre o una foto, aunque hay casos especiales donde debo tener ambos o simplemente no puedo. Lo que pasa es que al leer el nombre de Yoshi pude ver una imagen de un niño junto a lo que parece ser su madre sujetando el anillo de Zeus.

–¿Eso significa que Yoshi es el portador de Zeus?

–Es lo más probable, aunque lo mejor sería comprobarlo.

–Entonces perfecto, mañana a la hora de almuerzo lo llevó hasta el patio de la escuela y tú lo confirmas, solo necesito que no llegues tarde, ni a él ni a mí nos gusta esperar.

–Que yo sepa, no soy yo quien casi deja a una persona dormir en su patio por su impuntualidad.

–Solo cállate y mañana sé puntual.

-Bueno ahora si me voy, adiós.

-Adiós.

Y así ví como el chico que hace unos minutos me había ayudado se fuera sin ninguna muestra de agradecimiento de mi parte.

Ya quería acostarme a dormir pero antes bajé a por un refrigerio y mi mamá no estaba en ninguna parte de la casa.

–Seguro fue a sacar la basura y es mejor no verla en estos momento, estoy demasiado lastimada por su mentira.

Quinta Generación [El Relicario De Los Dioses I] por Isabella González Donde viven las historias. Descúbrelo ahora