Capítulo 1

6.2K 403 177
                                    

Adaptación de @SamaraBombadil

Odia a su jefe, cada día un poco más. Es cierto, casi todo el mundo odia a su jefe, le desea cosas malas a lo largo del día, varias veces. Pero Win lleva diez largos años a su servicio. Comenzó a trabajar como su secretario personal, con 25 años. Luchó y le costó mucho conseguir el puesto de trabajo. Sobre todo, lo logró gracias a la gran cantidad de idiomas que habla.

Aunque entiende y habla unos quince, chapurrea unos tantos más. Bright, su jefe, también es bueno en ellos, pero prefiere hacer pensar que necesita intérprete y Win se siente muy molesto cada vez que frunce el ceño, cuando no usa la palabra precisa que Bright había pensado, en algunas de sus traducciones.

En los primeros cinco años de trabajo, Bright logró todos los ascensos que se había propuesto tener, ahora estaba en el último escalón que podía dar, a la espera de ser proclamado el vicepresidente. Pero aún cuando logre ese ascenso, las cosas no cambiarán mucho más.

- Hola mamá, siento no llamar a menudo, pero estoy demasiado ocupado.

- ¿Volverás para navidad a casa?

- No lo sé, soy consciente que llevo seis meses fuera de casa, pero el señor Chiva-aree quiere dejar atado varios proyectos que tienen en mente, antes de que finalice el año.

- Cariño, sé que te lo he dicho muchas veces, ¿Pero no preferirías dejar ese trabajo? Con la experiencia y el tremendo currículo que te has hecho, seguro encontrarías otro. – la voz preocupada de su madre, se dejaba entrever claramente – Tienes treinta y cinco años, por culpa de tu trabajo, tus relaciones personales han desaparecido, ¿No te gustaría ser padre?

- Ya sé mamá, mis novias rompían conmigo por el poco tiempo que les dedicaba y mis amigos han dejado de serlo porque tampoco nos vemos, pero luché tanto para conseguir este trabajo.

- Lo sé, pero has pagado un alto precio. Sólo tienes dinero, ni tiempo para llamar. Cariño, piénsalo. Estudia tus opciones y pregúntate como quieres estar dentro de cinco años, no me creo que seas feliz es estos momentos.

- Lo siento, tengo que dejarte, me está llamando el jefe, te llamaré en unos días de nuevo. Te aseguro que pensaré lo que me estás diciendo.

- Te quiero mucho cariño, tu padre te manda abrazos y besos.

- Dile que yo también, la próxima vez hablaré con él.

Entro desde el balcón, donde había estado y se dirigió al salón donde estaba el señor Chiva- aree esperando, su cara severa le miraba enfadado, se sentía ofendido y eso que Win solo se había tomado unos minutos.

¿Ves la hora que es? Tenemos prisa, nos esperan en el restaurante para cenar. No me gusta ese traje, ve a tu habitación y ponte el gris de HERMÈS, no me hagas esperar.

- Sí señor, enseguida.

- También te escogí los complementos que quiero que lleves y el perfume. Apresúrate.

Se hospedaban en una suite doble, así que no tardó en entrar en su dormitorio se desnudó y tras darse una rápida ducha, procedió a ponerse todo lo que había escogido para él y que estaba sobre la cama. El perfume era Clive Christian Noble VIII Immortelle, se puso apenas un poco, le mareaba saber que costaba cerca de los 600 dólares.

Cuando salió del dormitorio se posicionó frente a su jefe que le observó con la ceja levantada, algo que le repatea y levemente asintió con la cabeza, dando su conformidad. Otra de las razones por las que le odiaba era que le hacía sentir como si fuera su muñeco. La ropa y los complementos eran todos comprados y elegidos por él, pijamas, ropa interior, de deporte, ropa casual, calzado, etc. También para el aseo, cremas y todo lo que pueda necesitar.

El jefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora