Capítulo 10

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Las cosas volvieron a como eran antes, al día siguiente estuvieron de compras por Seúl, donde Bright adquirió ropa variada para ambos, le hizo ir a muchas tiendas para renovar vestuario, tras eso fueron al gimnasio. Al día siguiente viajaban a Japón, tendrían cuatro días libres.

- Una vez lleguemos a Tokio, tienes cuatro días de vacaciones. Puedes hospedarte donde quieras e ir donde desees. Nos vemos el lunes a las ocho, en la suite que tenemos reservada- Bright habla con tranquilidad mientras hace sus maletas- Empezamos a trabajar en la reunión que tendremos con los posibles clientes.

- De acuerdo, iré a guardar mis cosas.

- Tengo planes, así que no cenaremos juntos. Hasta mañana.

Había cortado del todo la relación anterior, pero no solo lo sexual. Ya no le imponía sus estrictas restricciones, apenas hablaban y sólo habían pasado 35 horas y las cosas estaban muy extrañas. El viaje a Japón fue bien, los cuatro días se le fueron muy rápido, hizo mucho turismo y compró muchas cosas a su sobrino que le mandó en dos cajas enormes.

- Mamá, por favor, hazle un video y me lo mandas cuando abra las cajas.

- Sí, no te preocupes. Cariño ¿Te pasa algo? Estás como triste, antes estabas cansado, pero ahora estás sombrío.

- No te preocupes, estoy bien, solo les echo de menos.

- Nosotros a ti también.

- Tengo que dejarte, te llamo en unos días. Te quiero.

- También nosotros.

Las siguientes semanas fueron horribles, Win era muy consciente de Bright, sus ojos se perdían en su boca, sus manos, su hermoso y elegante cuerpo, su olor lo enloquecía. Su mente no dejaba pasar ni un momento sin recordar el placer que sentía con las cosas que le hacía ese hombre. Sufría estando cerca de él, pero cuando estaban alejados era peor.

Aún cuando seguía siendo controlador, decidía sus dietas, las horas de gimnasio y la ropa que usaba, pareciera como si ya no se preocupara por él. Para los ratos libres no preparaba nada para los dos, se iba por su cuenta y no hacía ninguna de las comidas para él. Otra cosa que llamó su atención es que ya no encontraba caramelos en la ropa que le dictaba usar, lo buscó desesperado, pero pasaron varios días hasta darse cuenta de que ya no le estaba dando ninguno.

La primera semana de regresar a las oficinas y al despacho, estuvo muy ocupado organizando y ordenando todos los documentos que trajo del largo viaje. Estuvieron muy ocupados en reuniones con otros departamentos. Explicando que obtenían de los nuevos proveedores y que precisaban los nuevos clientes.

Con los que tuvieron más veces fue con la jefa de ventas y su secretario. Éste se llamaba First, tenía veintinueve años, más bajo que Win y una gran sonrisa siempre en sus labios, educado, cordial, pero se le veía algo de picardía.

- Debe ser increíble viajar a tantos países, te envidio.

- Sabes que como son viajes de negocio, trabajas todo el día, todos los días. No es como aquí que a las seis te vas a casa y sábados, domingos y festivos no apareces- No sabe por qué, pero le cae mal First- No es como si hubiera tenido tiempo de hacer turismo.

- ¿En ningún sitio?

- En Japón unos días, creo que en Suecia también. Pero de resto estuvimos ocupados.

- Al menos ibas con el señor Chiva- aree. Tan buena presencia, inteligente, debes estar feliz con tan buen jefe.

- Sí, claro, te dejo, tengo cosas que atender.

Salió del ascensor con prisa, para dirigirse a su escritorio a su escritorio. Por unos de los cristales pudo ver a Bright hablando por teléfono, ya entendía que no le gustaba de First, le había echado el ojo a su jefe. Enfadado y molesto continuó trabajando.

El jefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora