jerarquía // ρꪮ𝕣𝐭𝐮𝕜 ☄️

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— Entonces... ¿Le diste un golpe al famoso Reino Unido? — Dijo con toda la tranquilidad del mundo cierto español, mientras picaba un trozo de la comida que había traído desde casa.

— ¡AAAAAAGGGHHHH! QUE SI, LO HE ECHO. YA TE LO DIJE MÁS DE TRES VECES. — El portugués se escondió entre sus brazos, derrumbado en la mesa donde se encontraba frente a frente con su acompañante. Estaban en la cafetería de la empresa. Y había llamado sin querer la atención de ciertas personas por su grito poco esperado, (pero al escuchar silencio volvieron a sus cosas) Portugal levantó su cara un poco para aventarle una carita de cachorro triste a España.
El anterior mencionado rodo los ojos.

— Joder. ¿Y entonces vas a estar evitando a tu "jefe" lo que te queda de vida? Yo pensé que se llevaban bien. Además, el sin tí no hace su trabajo. Creo que escuche por ahí que los de limpieza creen que son amigos con derech— ah...- Ah, claro, si, el español no era muy bueno guardando chismes. Aunque vio de reojo al contrario. Y pensó que no había escuchado. Ya que mordía sus uñas. Portugués distraído... Cómo siempre.

España dió un suspiro y nego con la cabeza.

— Deberías llevarte mejor con tu jefe.

— ¿No pudiste ser tú? Sabes, eres alguien cool, relajado, y no me llevo mal contigo. Además... ¿Cómo voy a ser amable con un alfa que se cree superior a todos..? "¡Uh! Miradme soy El gran y lujoso, majestuoso, semi-Dios, anticristo, semi ángel, príncipe del Inframundo alfa macho y solo por que nací alfa y macho, tengo todo el derecho de pisotearte a ti y a tu pluma hahahah risas inglesas" - En eso último el portugués había fingido una voz, haciendo burla. Que eso se le daba muy bien

España soltó una carcajada. Y luego continuo.

— Pero yo creo que no tengo derecho a un asistente. Poco trabajo. Pero... ¡Eh! ¿Y si me llegabas a golpear a mi igual? ¡M-.. Mi fina cara!

— Aún no se que haré...

— Lo estás pensando mucho, hermano.

España se levantó del asiento. Recogiendo sus cosas. Dió una tos leve para llamar la atención de su amigo.

— Por cierto, deberías dormir más. Te ves horrible, más de lo que ya eras.

— Que grandes palabras de motivación para tu amigo. Eh. —Portugal frunció el ceño.

— Lo sé, que soy el mejor. En fin, ya me retiro. Aunque... Si deberías ponerte un poco de maquillaje en esas ojeras.

— ... ¡¿Si se notan mucho!?

— Pff- nos vemos el viernes. Estaré con Italia en una cita. Luego iremos al parque de atracciones. Le dije si podía invitarte y me ha dicho que si. A él también le agradas, creo.

— Ughh joder, ¿y ser la tercera rueda de nuevo? No me gusta ir con tu noviecito. Siempre es muy empalagoso.

— ¿Qué? ¿Celos? JAHAJAJ.. En verdad. Te vas a despejar. Te compraré algodón de azúcar.

Y se retiró. Portugal se había quedado en la mesa. Pensaba que España en verdad era un buen amigo. Y no desaprovecharía ese algodón de azúcar.
Había faltado el día martes. Ahora estaban en un ombligo de semana.

Miro la hora en el reloj que se encontraba colgado en las finas paredes del edificio. Ya debía volver. Y ver por primera vez en un día a la persona que hacía de su vida un tormento. Sacudió su cabeza. Y se dirigió a la oficina que compartía con su jefe.

...

Anteriormente le habian quitado el puesto a Portugal por ser un "empleado perezoso"
Remplazandolo por una señorita.

La señorita Argentina como suelen llamarla.

Y el portugués no la odiaba. De echo, ella era muy linda, amable, trabajadora, muy en fondo se alegraba que la hubieran promovido...
Tenía el pelo largo y bellos labios carnosos. Ojos azules como el mar y rasgos finos. Una omega.

Realmente podía considerar que el luso estaba atraído hacia ella. Y si, lo estaba, no enamorado al punto de ser un loco, pero si esa sensación de encontrarse una persona linda e imaginarse una vida juntos...

Pero no puede evitar contener sus celos de vez en cuando...

Llegaba a su oficina con pasos cada vez más rápidos. Y ahí fue el momento...

...

Logro ver cómo la misma señorita Argentina salía de su oficina. Claro, su oficina y la de Reino Unido...

Su vista se apagó.

— Buenos días.

Fue lo que el luso dijo. Cortante. Y al principio la chica no lo había escuchado. Pero después lo saludo con un gesto de manita dulcemente. Frente a frente... Antes de que se metiera a encerrarse en el cuarto que consideraba su oficina. ¿Por qué ella? ¿Por qué ella era la que tenía que salir de ese cuarto donde probablemente se encontraba el alfa de sus pesadillas?

Argentina se retiró hacia su puesto, a seguir haciendo su trabajo. Satisfactorio y correcto como siempre.

Mientras tanto la respiración del luso era pesada. ¿Eran nervios? Tal vez sí. Se desparramó en su escritorio, al lado del de su jefe. Acomodados de tal manera en dónde el cuarto se viera más grande. Acomodo varios papeles.

Y ahí de nuevo. Su corazón latía muy rápido. Era insoportable. No había visto a Reino Unido en la oficina, pero si estaba ahí. El portugués sentía como el británico se acercaba lentamente. El anterior tomo el hombro del luso.
Eso hizo que un escalofrío lo recorriera entero.

Aunque... El británico se encontraba atrás de el y solo recibió el pañuelo de tela, manchado de sangre, aunque limpio. El británico lo había lavado. Olía a lavanda. Aunque la sangre se encontraba impregnada.
Su corazón aún se encontraba alterado. Sus manos llegaron a temblar un poco.

UK volvió a su escritorio a firmar cosas sin importancia. Portugal tomo el pañuelo, y lo apretujo entre sus manos. Intrigado por esa acción tan extraña. Tendría que volver al trabajo...

Y no se dignaron a dirigirse la palabra. (Jah, cobardes)

Con un ligero ambiente pesado. Sin embargo, Portugal ya estaba calmado.

Realmente la actitud misteriosa y molesta de Reino Unido lo hacía rabiar. Le caía muy mal. ¿Por qué?

No sé hablaron en todo el día.

Pero mañana sería jueves... El día preferido de todos... Yay. «¿Que podría malir sal?»

Y de su trabajo salió un portugués extrañado por tener de nuevo ese pañuelo.

Y un británico feliz. ( Pero eso lo explicaremos en el siguiente capítulo, ya sabes, porque no puede estar feliz con el luso porque jaja se odian pero,, mucho spoiler)

Mañana será un nuevo día.