Los días transcurrieron y jamás esperé apegarme tanto con cada persona que conocí en aquel sitio, alguna vez supuse que ayudar, sería mi objetivo en la vida, pero cuando vives una pasión que solo supones mentalmente, te das cuenta de cuan intensa es la felicidad que puede concebir un sueño cuando decides alcanzarlo.
Y así como conseguí apegarme a muchos, Rosé, fue uno de ellos, incluso podría decir que jamás llegué a empatizar con alguien a quien lamentablemente no vi todos los días, tampoco llegué a saber mucho de porque estaba en aquel hospital, pues ella decía, que era la única persona en su vida, que prefirió hablar de una tema trivial cuando lo conocí, que preguntarle directamente que padecía o emitir lástima hacia su estado. Ante ello, evité cualquier pregunta del estilo y descubrí un lado más feliz de su parte, uno lleno de ilusión, cariño, cordialidad, sueños y ganas de comerse el mundo, era la viva demostración, de que quienes son completamente sanos no son quienes necesariamente están llenos de vida.
Era mi último día en aquel lugar, eso me entristecía, me hacía pensar que los días había trascurrido como agua y esperaba volver pronto. En dado caso, dejé de última la despedida con Rosé, por ser la más significativa para mí en ese momento, abandoné mi oficina y subí hasta el último piso, donde estaba. Al llegar, emití un suave contacto contra la puerta, adentrándome en la habitación tras oír su voz.
—¿Debes irte? —preguntó notando mi estado, asentí en un movimiento y me acerqué hasta ella, quien observaba por el ventanal de su habitación a la ciudad—¿Volverás algún día?
—Eso espero—expresé sin ningún ánimo, aunque con mucha esperanza de que eso ocurriera—hasta entonces, cuídate mucho, procura no salir a la terraza si hace mucho frío, o si nieva.
—¿Crees...—dejó caer su vista por unos segundos, como si se armase de valor para hablarme—¿Crees que puedas venir a visitarme algún día?
—Yo...ah, espero poder hacerlo—respondí, ausente de entendimiento ante su evasión repentina de mi mirada. —O no, mejor dicho, prometo hacerlo.
Sus labios se curvaron hasta dar con una hermosa sonrisa, casi como un milagro, siendo poco usual a desbordar sonrisas. Su mano tímidamente tomó la mía, conduciéndome hasta el otro costado de la habitación, adornado por otra enorme ventana, la cual mantenía levemente abierta.
—Mamá sabe cuánto aprecio cada cosa de la naturaleza, así que cuando vine aquí, me dejó un regalo muy hermoso—explicó, estirando sus manos hasta un pequeño barandal a un costado de la ventana, de donde extrajo una planta muy pequeña, pero de refulgente color morado—cada cosa que te giras a ver por aquí, es incolora, vacía...Y siendo un lugar tan frecuentado, siendo un lugar que es incluso el hogar temporal de muchos, siendo mi caso, es necesario tener algo de vida contigo Jisoo, quizá así no me sienta sola, y en definitiva, esto me ha acompañado, así como tú lo has hecho.
Descendí mi mirada hasta la pequeña planta, su color era la prueba de que solo sus manos la habían tocado, pues jamás llegué a notar tanta pasión en cuidar algo, que no fuera proveniente de ella.
—Es una planta de lavanda—explicó—aunque te suene una locura, ella me recuerda a ti; Una planta de lavanda, significa decir: "tu memoria es mi única felicidad". Es una manera de expresa que a veces, eso que no vemos todos los días, es aquello que nos hace sonreír más genuinamente, porque la ausencia evoca a recuerdos, recuerdos que no necesariamente deben ser tristes, Jisoo. Había días, en los que no pasabas por aquí, visitaba sola la terraza con la esperanza de que llegaras, pero cuando no lo hacías, solo bastaba recordarte para encontrar felicidad. Ahora que te irás por un tiempo, es conveniente que sepas que formas parte de recuerdos, esos que me regalan una sonrisa—sus mano tomó con cuidado, una flor de aquella planta, la cual colocó en el puente de mi oreja, prolongando más aquel contacto, en cuanto se permitió acariciar mi piel, desde el lóbulo hasta el filo de mi mandíbula, haciéndome cerrar los ojos por un par de segundos, sintiendo su toque familiar—listo, tan hermosa como siempre.
Por un momento, la necesidad de expresarle cuan fuerte era el latir de mi corazón, casi emergía de mí, pero yo misma, me vi en la necesidad de apaciguarla, movida por el sentimiento, no definía extraer el imponente de aquella maraña que azotaba mi mente en ese momento.
—Espero verte pronto—rodeé su cuerpo entre mis brazos, en un tacto efímero—claro, si consigo el puesto aquí—me alejé impulsada por los nervios, deteniéndome unos segundos, en un arranque impulsivo, que no era manejado por mí—Ah, Rosé.
—¿Si? —se giró por completo.
"Te quiero"
—Te traeré otra planta cuando vuelva, estoy segura de que la cuidarás mejor que yo—mencioné recordando aquel cerezo que mantenía descuidado, incluso era una pena que estuviese bajo mis manos. —Adiós.
𝐌𝐄𝐑𝐀𝐊𝐈 ©
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(🌸)𝐌𝐄𝐑𝐀𝐊𝐈 ║ 𝖢𝖧𝖠𝖤𝖲𝖮𝖮.
Fanfic(🌿) 𝐌𝐄𝐑𝐀𝐊𝐈: la palabra proviene del griego, y a su vez, del turco merak, que significa "Hacer algo con amor y creatividad, poniendo el alma en ello". "Aquí brota el árbol de cerezo más fastuoso que jamás haya constado en la tierra, y florece...