Tiempo // EraserMic.

Epílogo.

Ya habían pasado unas semanas desde que se habían graduado de yuuei. No había sido fácil para ninguno. 

Para Aizawa fue difícil convencer a sus padres de que quería ser un héroe. Lo rechazaron, pero, al ver que, de todas formas fue a rendir el examen de admisión y quedó, lo aceptaron. Sabían que por mucho que insistieran en que no querían que fuera un héroe, Shouta lo haría de todas formas. 

Hizashi no tuvo problemas en convencer a su padre. Si bien su relación con él había mejorado, a su progenitor seguía dándole igual lo que él decidiera hacer con su vida y se lo tomó bien. 

Oficialmente ya eran héroes. Cumplieron un sueño que se había vuelto tonto e infantil cuando dejaron de verse. 

Shouta todavía estaba trabajando su miedo a las alturas. Fuera de eso, ambos estaban completamente recuperados del incidente.

Hizashi había crecido. Se había aceptado y tenía una relación sana con Shouta. 

Estaba orgullosamente enamorado de otro hombre. 

Estuvieron al borde de la muerte por una estupidez sin justificación alguna. Hizashi experimentó la discapacidad y Shouta una fobia.

Ambos se encontraban en la azotea de un edificio, Shouta escondía su mirada en la chaqueta de su compañero. 

             — ¡Oh, vamos! ¡El otro día estuvimos en una azotea! ¡No seas dramático, Eraser! — exclamó el rubio.

             — Era... menos alto... —. Este, con timidez, tomó la mano de su compañero y la apretó con fuerza. 

             — Creo que deberíamos bajar, entonces.

            — No... dime lo que querías decirme...

            — ¿Estás seguro? Bajemos primero. 

            — No... si elegiste este lugar... es por algo. 

            — Está bien —. Este sonrió — Quiero saber si te quieres mudar conmigo. 

            — ¿No es muy pronto? —. Shouta lo miró. 

            — ¡Debemos planear nuestro futuro juntos, Shouta! Quiero estar contigo por el resto de mi vida y... estuvimos a punto de morir... ¡Yo no sé que vaya a pasarnos mañana! ¡Busquemos un departamento y mudémonos juntos! El tiempo no espera a nadie. 

Shouta sonrió.

             — Acepto. 

Yamada plantó un casto beso en los labios del contrario y lo abrazó con fuerza.