Solo un adiós

Capítulo 1: "El día y la noche"

Pov Arizona
Hoy es un día como cualquiera, nuevamente tengo que dirigirme al infierno que muchos llaman "escuela". Si realmente pasaran lo que yo, todos le llamaríamos así.

Desde hace mucho tiempo que esta dejó de ser un lugar seguro para mi, digamos que en pocas palabras me molestan por mi apariencia. Sé que nunca he sido una chica tan atractiva pero es que eso no les da el derecho de molestarme al grado en que lo hacen. Creo que no quiero seguir hablando de esto, es mejor empezar con mi día.

Llegué a la escuela y rápidamente busqué a Amelia, mi mejor amiga y única por cierto.

— Hola Amy— sonreí apenas

— Az—gritó abrazándome— ¡Te he extrañado!

Amelia siempre estuvo para mi y lo apreciaba, éramos cómo hermanas.

— Vamos, entremos— propuso

Asentí, al comenzar a caminar hacía la clase, un libro se resbala de mis manos obligándome a bajar para tomarlo

Sentí la presencia de alguien frente a mi, a mi misma altura. Al levantar mi mirada me encontré directamente con la de Calliope.

— Toma— susurró dulcemente entregándome el libro

— Gracias— sonreí

Ella siguió su camino junto con su amiga, Addison.

Callie al igual que Amelia, era una de las únicas personas que no me trataba como un bicho raro. Aunque no éramos amigas ni nada por el estilo.

Di un largo suspiro.

— ¿Que sucede?

— Creo que a Calliope le desagrado

— No digas tonterías Arizona, ella siempre te ha tratado bien

— Tal vez algo cambie este año...

— Debes dejar de pensar así, ya te lo he dicho— dijo regañándome

Por fin entramos a clases, me sentía demasiado dispersa. El tan solo pensar que a Callie le desagradaba, me hizo sentir realmente mal y no entendía por qué.

La campana del receso sonó, por lo que con Amy salimos a la cafetería.
Ambas caminábamos a la par, hablando sobre la clase ya que debíamos hacer un trabajo grupal. Sentí que alguien chocaba contra mi por lo que levanté mi vista.

— Deberías tener mas cuidado cuatro ojos— dijo Christopher irritado

Bajé mi mirada, apenada, tenía ganas de llorar. Tener que recibir comentarios así, todos los días, era agotador.

— Ves, todos los chicos son así conmigo— susurré

— Arizona, déjalos. ¡Ellos son unos estúpidos! Tu eres hermosa por dentro y por fuera— sonrió apenas acariciando mi brazo.

— Disculpa, no quiero molestar— susurró Callie acercándose— Necesito hablar con Arizona— murmuró

Amelia tomó la indirecta y se retiró.