Tonehina

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Disclaimer: los personajes de esta historia pertenecen a Masashi Kishimoto. Obra inspirada a fin de entretener y sin fines lucrativos.

"....." pensamientos
-.....- diálogos
●●●● cambio de escena

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Ototsuki Toneri | Hyūga Hinata
AU
Comedy|Plot?What Plot?
G+
Palabras: 1200.
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Vamos Onee-san — había gritado a su espalda — Pon buena cara

"Voy a matarla" pensó enojada por verse forzada a aceptar salir con un tipo tan raro, todo por culpa de su hermana. Así que se abstuvo de mentarle a sus ancestros antes de salir de casa hasta la puerta de entrada, donde este la esperaba.

Entonces... ¿lista para irnos? 

C-Claro —

Toneri, o así recordaba que se llamaba, la guió sonriente hasta su auto y luego se despidió de su familia, quienes la miraban entre la expectación, el aburrimiento y la burla. Porque sí, se veía realmente patética con aquellas prendas muy propias de un friki de las historietas, una total vergüenza.

"Es horrible" al ver su cara en el espejo, el único pensamiento que llegó a su cabeza era que se veía patética. Ya no era una niña que disfrutaba de esas rarezas, Hinata era toda una mujer hecha  y derecha; tanto que a sus veinticinco años manejaba su propio negocio y la seriedad era su sello personal. Muy discordante con su atuendo inspirado en las hadas de aquel juego nefasto.

Princesa Byakugan — la llamó por ese tonto apodo por tercera vez en la noche — Estoy feliz de que haya aceptado la invitación de este humilde servidor —

"¿Realmente tiene que hablar así?"

Por supuesto — sólo al oír su respuesta se dio cuenta de que había hablado en voz alta — Tenemos el traje, así que es lo propio meternos en el personaje, ¿no cree, princesa? — guiñó un ojo en su dirección con la intención de parecer confiado y seductor, pero el peliblanco parecía de todo menos una persona seductora con esas ridículas mallas escarchadas pegadas a su torso.

S-Supongo 

¿Cómo había llegado a esto?, se preguntarán... pues era bastante simple. Todo era culpa de Hanabi, quien en una de sus locas travesuras al fin había logrado involucrarla. Según la menor, había apostado con uno de sus amigos una gran suma de dinero, en un juego de recompensa o castigo, haciendo alarde de las comodidades que disfrutaban gracias a su padre. Al final había perdido contra el peliblanco, chico que resultó ser pariente del hombre que tenía de frente, así que para evitar pagar el dinero su hermana aceptó la propuesta de aquel chico.

"— Mi hermano — había dicho — Él está interesado en tu hermana —" recordó amargamente. 

Y a pesar de que en un principio se negó con todas sus fuerzas ahí estaba, acompañando a un friki a algún lugar que no tenía idea de cual era, sólo esperaba que no fuera una de aquellas convenciones donde más y más gente se reunía a compartir sus rarezas.

Pronto llegaremos — la sacó de sus cavilaciones, notando que se dirigían al centro de la ciudad — No se impaciente, princesa —

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"Ahh, no puede ser"

En efecto, su suerte era bastante jodida. Habían dado a parar a Comic-On, la convención de historietas más grande de la ciudad, mismos eventos que ella quería evitar con todas sus fuerzas. El ambiente era como recordaba, agobiante, sofocante y lleno de gente extraña

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