Capítulo 2
Después de dos días, la tripulación del Black Dispair llegó a New Port Royal.
Circe debía admitir que era un lugar casi exótico, exuberante de vegetación y vida.
- E-es... fascinante- exclamó Circe casi sin voz
- ¿Dijo algo, Señorita Roig? - Preguntó el capitán, el cual había sido casi el último en bajarse del navío
-Que es fascinante- sus ojos recorrían cada rincón, tratando de asimilar cada detalle para conservarlo en su memoria – es hermoso, tanta vegetación, la riqueza arquitectónica... m-me quedo sin palabras – sus ojos se posaron en Derian, los cuales ahora resaltaban con un brillo de emoción. Esto le permitió al Capitán, detallar el color de sus ojos, eran color miel. Ahora que la miraba con detenimiento, podía ver que sus ojos eran grandes, sin embargo, eran ligeramente almendrados, las pestañas tupidas, largas y oscuras que acompañaban a sus ojos, resaltaban de forma casi hechizante su tonalidad miel.
- ¡Circe! – ambos se volvieron al escuchar la voz de Dune venir tras de ellos
-Dune – respondió la chica con una sonrisa dulce. Derian los miró a ambos y le pareció curiosa la familiaridad con la que se referían el uno del otro
-Recordé que no tenías un lugar donde quedarte, entonces supuse que si querías podías quedarte en mi casa. Hay muchas habitaciones y aparte de eso, te conseguí un lugar en donde puedes trabajar como mesera, solo como mesera- recalcó Dune con un leve enrojecimiento en sus mejillas. A Derian le pareció muy extraño que se sonrojase, porque él era del tipo de hombres que no lo hacían, aunque conociendo a Dune, cuando veía una dama, podía convertirse en un tarugo completo
- ¡Dune, eres un sol! – Circe corrió a abrazarlo, este quedó estupefacto por un momento, pero le devolvió el gesto – Capitán Pierce, déjeme felicitarle por tener un excelente teniente – Derian miró a Dune y le pareció que estaba un poco abochornado ante tantos halago provenientes de una mujer.
-No es nada, solo te estoy ayudando porque sé que no tienes a nadie a quien recurrir, además, así podemos compartir más anécdotas – Circe sonrió con inocencia y Dune simplemente dibujó una sonrisa leve en sus labios << ¿Ahora comparten anécdotas?>> pensó Derian, lo cual le produjo una sensación extraña en el cuerpo
-He de reconocer, que tu ofrecimiento a la señorita Roig es loable, Sin embargo, como capitán del Black Dispair, es mi responsabilidad velar por aquellas personas que aparecen de la nada de otra época en mi barco- Circe lo miraba sorprendida y Dune no se quedaba atrás- De todas maneras, no vivimos tan lejos el uno del otro, y ella podrá ir al trabajo que le conseguiste de...mesera – Circe estaba hecha un ocho, no sabía, ni podía pensar con claridad en ese momento
-C-capitán yo...- De pronto, se le ocurrió a Circe realizar una táctica para comprobar la razón por la cual el capitán Pierce había respondido de esa manera
-Oh, Capitán Pierce – Dijo Circe mientras que al tiempo se acercaba a Dune- ¿No creerá usted que le robaré al mejor teniente que existe de su lado... o sí? – paseó sus manos atrevidamente por el pecho de Dune, al cual esto lo tomó por sorpresa tanto, o igual que a Derian – No pensará que me aprovecharé de este hombre con un cuerpo trabajado que haría babear hasta a la dama más distinguida- sus manos subieron hasta la piel descubierta del cuello de Dune- Ya sé... teme que este hombre me deshonre, lo obligue a casarse, y que su esposa, o sea yo, le prohíba terminantemente volver a la mar- sus manos delicadas terminaron de subir hasta llegar a su rostro y cada una de ellas se posaron en cada lado de este, obligándole a mirarla a los ojos miel -pero tranquilo, Capitán Pierce- su rostro se acercó al de Dune, el cual, casi estático, se limitaba a padecer las caricias sugerentes de Circe – Nunca le arrebataría la felicidad a la persona que amo – sus rostros se encontraban a pocos centímetros, al igual que sus labios. Ganas no le faltaron a Derian de separarlos de golpe, pero una parte de él quería saber que tan lejos podría llegar Circe con esta absurda actuación.
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Solo un mes entre mis brazos
Romance<<- ¿No crees que esto puede ser una segunda oportunidad para ser feliz y sentirte satisfecha con tu nueva vida? - en ese momento, Circe alzó la vista y miró a Derian, meditó sus palabras, pero no respondió ¿Qué diría? No sabía ni siquiera lee...