panic room | TWICE

3.

Mes 3.

Narra Park Jihyo.

Me situaba en mi cama, llorando. Detestando el mundo y mis miedos.
El abrazo de ayer si bien fue lindo, me causó ataques de pánico y ansiedad durante la noche.

¿Qué pasa si vuelvo a sentir amor?
¿Me derrumbaría?
¿Y si llego a sentir algo por Sana?
¿Aburriré a las personas en algún punto por mi falta de cariño?
¿Sana y Tzuyu me dejarán?

Las sábanas no se sentían suaves, sino ásperas. Mi cuerpo no percibía nada bueno y tampoco lo hacía mi subconsciente.

Me siento mal por quejarme de estas cosas cuando no debería. Sana y Tzuyu lo están pasando mucho peor que yo y en vez de ayudarlas, me hundo en mis propios problemas mucho menos importantes.

No quiero mostrarles que me siento débil o mal. Ellas necesitan un apoyo y siento la necesidad de serlo.
Aún así, cuando me preocupo por ellas y me doy cuenta de eso, me viene a la cabeza el pensamiento de que posiblemente las quiero.
No puedo quererlas. Pero si llega a pasar, ya no habrá vuelta atrás.

Era mejor estar sola tomando café.

—Jihyo unnie, ya tenemos que ir a la sala central— Tzuyu habló a mis espaldas mientras yo miraba por la ventana, como lo hacía normalmente. Le asentí para hacerle saber que en un momento iría.

Tuve un presentimiento de que Sana quería abrazarme antes de salir sin embargo no lo hizo. Agradezco enormemente que no lo haya hecho.

—Sabes que no nos iremos sin ti— Tzuyu volvió a hablar desde la puerta.
Mi cuello se aflojó haciendo mi cabeza caer y me di vuelta para emprender camino a la sala.

Miré a Sana, ella con unas cejas curvas de preocupación e interés por qué pasaba en mis adentros. Probablemente se sentirá culpable. Quizás me oyó llorar por las noches.

"Diríjanse a la sala central para comunicarles su próxima prueba"

Cada vez que sonaban esos parlantes a todo volumen, mi cuerpo saltaba y comenzaba a temblar.

Nadie me dió apoyo. Igual no quería recibirlo.
O tal vez si.

Narra Yoo Jeongyeon.

Mis manos se sentían congeladas hasta el punto de doler, pues el chaleco delgado que había disponible no brindaba mucho calor.
Además de que el lugar es extremadamente frío gracias a las paredes de metal y el terror constante me daba una sensación helada con la que sufro aún más.

—¿Tienes mucho frío?— Nayeon salía del baño luego de cambiarse las pijamas.

—Muchísimo—

—Toma— Ella extendió su brazo con otro de los chalecos. Era el suyo.

—¿Estás loca? ¡No! Te dará frío— Mis manos se escondieron atrás de mi espalda para evitar recibirlo.

—Tengo problemas de presión, de repente siento mucho calor sin explicación— Ladeó su cabeza con amabilidad.

Me quedé en silencio unos segundos hasta que suspiré y agarré la prenda para colocármela. —Gracias, Nayeon—
Ella sólo asintió con un sonrojo.

Cuando salimos de la habitación para ir al centro del edificio, notamos que éramos las únicas caminando por el pasillo.
Nayeon tomó mi mano suavemente. Fue un momento muy pasajero pues una puerta se abrió y me soltó al instante de manera brusca.

Molesta pero sentida, la miré sin disimular. No reaccionó de vuelta.
Sin más, llegamos al centro donde estaban todas menos nosotras, Dahyun y Chaeyoung que venían detrás.