Izuku salía del colegio junto a Shoto e Iida, el pecoso iba triste pues hace unos días Uraraka había sido atropellada por un coche que se dio a la fuga, afortunadamente había sobrevivido pero aún no había despertado ya que había entrado en coma, el pecoso junto a sus dos amigos tenían planeado ir al hospital a ver como se encontraba su amiga.
-Mi hermano Dabi se ofreció a llevarnos- dijo Shoto.
Izuku sólo asintió, se encontraba muy triste por lo que le había pasado a su novia, los otros dos no comentaron nada, al salir del colegio pudieron de él coche del hermano de Shoto y se acercaron a este, Dabi estaba parado fuera del coche.
-Bueno días- saludaron los tres jovenes.
- Hola- dijo el pelinegro centrando su atención en Izuku- suban- dijo abriendo la puerta del copiloto- entra Izuku - ofreció.
-Gracias- dijo el joven algo apenado.
Dabi solo sonrió y rodeó el coche para entrar por la otra puerta, Iida y Shoto entraron en el asiento de atrás, todos se pusieron el cinturón de seguridad, excepto Dabi, el pelinegro arrancó el coche.
-Gracias por llevarnos Dabi-san- dijo el pecoso.
- No es problema y sólo dime Dabi- le sonrió.
-Bu-bueno- dijo Izuku.
Dabi encendió la radio y puso música, nadie dijo nada durante le trayecto, Izuku se dedicó a mirar por la ventana del coche pensado en su novia, Dabi veía de reojo al pecoso, mientras se revriminaba por no haber rematado a la chica, deberían estar en su funeral no llendo al hospital, seguía siendo un estorbo en su relación con Su Izuku. Al llegar al hospital el pelinegro entró con ellos, rápidamente vieron a los padres de la chica, los cuales lloraban por su hija, Izuku los saludo y preguntó por ella, Dabi escuchaba todo lo que decían, al parecer la chica estaba fuera de peligro por lo que estaban esperando que despertará, Izuku entró a la habitación de la chica y estuvo un rato allí, luego de eso salió muy deprimido, decidió ir a su casa junto a sus dos amigos, Dabi fue a dejar primero a Shoto a su casa y luego a Iida, después decidió llevar al pecoso a otro lugar.
-¿A dónde vamos?- preguntó Izuku al ver que no estaban ni cerca de su casa.
- Ya lo veras- contestó el ojiazul- necesitas liberar un poco de tensión, haz pasado por mucho los últimos días- Izuku no dijo nada ya que tenía razón.
Dabi solo pensaba en relajar un poco a su pecoso, si bien había una mejor forma de hacerlo era muy pronto para eso, por lo que optó por otro método, al llegar al lugar Izuku se bajó del coche y vio el lugar.
- ¿Haz jugado bolos?- preguntó Dabi.
- No - dijo él pecoso.
-Así que es tu primera vez - sonrió burlón- eso me gusta- le guiño el ojo.
Izuku se sonrojo decidió despejar su mente y entrar, una vez dentro Izuku quedó asombrado por el lugar nunca había entrado a un lugar así sólo los había visto por la televisión, rápidamente se pusieron a jugar, el pecoso era muy malo ya que era su primera vez, todo lo contrario de Dabi que era muy bueno, por lo que el pelinegro aprovechó el momento y con la escusa de enseñarle a Izuku a jugar, invadió mucho el espacio personal de Izuku rozando esa hermosa piel que tanto se moría de ganas por tocarla.
Pasaron la tarde entre juegos y risas, Dabi estaba orgulloso al poder hacer reír al pecoso y que se olvide por un momento de esa molesta chica, cuando ya estaba atardeciendo decidió llevar al pecoso a su casa.
-Gracias por todo Dabi me divertí mucho- dijo el pecoso aún dentro del auto.
- Me alegro- agarró la mano del chico- si necesitas algo puedes contar conmigo, yo siempre voy a estar ahí para ti- acaricio su rostro.
- M-muchas gracias- dijo el pecoso rojo como un tomate- me ten-go que ir- dijo bajandose del coche.
Dabi sonrió al ver la reacción de su peliverde, él también la había pasado genial en su primera cita, aunque Izuku no sabía que se había tratado de una para él era así, pero aún había una molestia de la que debía encargarse.
-
La lluvia caí fuerte en ese día, todos los presentes estaban bajo un paraguas, vestidos de negro, un chico de cabellos negro estaba parado mirando el ataúd frente a él mientras las lágrimas corrían por sus mejillas, al lado suyo estaba un pelinegro sosteniendo un paraguas para cubrir a ambos mientras rodeaba a chico con sus brazo tratando de texto reconfortarlo.
-Queridos hermanos estábamos aquí reunidos para darle el último adiós a Uraraka Ochako... - dijo un sacerdote.
Izuku sólo escuchó las primeras palabras, pues su mente estaba en otro lugar, Dabi apretó su agarre, Izuku abrazo al chico mientras lloraba, el pelinegro le daba caricias al pecoso, estaba feliz de que su molestia se había ido, ahora sólo tenía que hacer el corazón de su pecoso suyo.
Luego de que el funeral terminó todos se fueron retirando, Dabi le hizo una señal a su hermano de que él se encargaba de Izuku.
- Es hora de irnos- le dijo bajito.
Izuku sólo asintió viendo una última vez el féretro de su novia, Dabi lo llevo a su auto, le abrió la puerta para que entrará y luego el entró.
-¿Quieres que te lleve a casa?- le preguntó- podemos ir a un lugar tranquilo para que te despejes un poco- sugirió.
-Si por favor- dijo el pecoso ya que no quería llegar a su casa no ver a nadie.
Dabia arrancó el auto, primero paso por un local de comida rápida y compró unas hamburguesas, luego salió de la ciudad hasta llegar a una bosque cercano, y se detuvo en un claro cerca de un río, dejo a Izuku desahogarse y luego ambos comieron, trató de animar al pecoso con bromas y algunas conversaciones de películas de héroes pues sabía que eran las favoritas de Izuku.
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Amigos aquí les traigo otro capítulo de esta historia, espero que les guste, sin más que decir me despido
Eso es todo amigos
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Peligrosa Obsesión (Dabideku)
FanficIzuku Midoriya sin querer atrae la atención de alguien peligroso que se obsesiona con el a tal punto hacer lo que sea para tenerlo solo para él incluso si tiene que matar para cumplir sus deseos. -Los personajes no me pertenecen son propiedad de son...