Otra semana más paso, la casa ya se encontraba en condiciones habitables y la muchacha ya había hecho el traspaso de sus pertenencias, lastimosamente sus cosas eran pocas y la casa muy grande, constaba con cuatro habitaciones, la cocina, un baño, la sala, la cocina, un ático, una bodega en la parte de atrás de la casa y no nos podemos olvidar del enorme patio. Había pasado la noche en su nueva casa y ahora solo se encontraba esperando a su progenitora quien vendría con su posesión más valiosa... Su bello minino.
Ya había hecho la compra de la alacena el día anterior con la ayuda del vehículo de su mamá ya que por desgracia ella no constaba de un vehículo a motor, solo eran su bicicleta y ella. Con el pasar de las horas su mamá por fin hizo acto de presencia en el carro, salió velozmente para saludar a la mayor, abrió la puerta del copiloto y tomó entre sus manos la maleta especial para transportar al felino quien ya se encontraba dentro de esta, vio que su madre tomó una caja de la parte de atrás así que fue a dejar al animalito rápidamente para ayudar a su madre a cargar una de las dos cajas de las cuales una venía envuelta con papel de regalo, ingresaron en la casa y sin evitarlo la chica pregunto por la caja con envoltorio.
-Y esto? es para mi?- preguntó inquieta por abrir el paquete.
La mayor asintió dándole señal de que podía abrirlo, la fémina rompió el papel de regalo sin compasión encontrándose con un cartón en el que claramente había una arrocera, como lo sabía? la imagen impregnada en el cartón. Quitó la cinta para finalmente encontrarse con el electrodoméstico de sus sueños, en ese instante su invitada recordó algo, tomó su bolso y de allí saco una carta para entregársela a su hija.
-Es un regalo de Tomoyuki, dice que es para que el arroz ya no te quede sopudo- la menor carcajeó, efectivamente eso es lo mismo que decía en la carta que envió una de sus amigas, mientras dejaba el regalo en la cocina su madre se encargó de liberar al animal, quien no quiso salir de la mochila, la mujer para no forzarlo solo dejo allí con la maya abierta para que salga cuando quiera.
Más tarde la fémina de mayor edad se tuvo que retirar después de todo ella también tenia trabajo por hacer, y hablando de trabajo ya hanna le había enviado todos los detalles por correo, su horario comenzaba desde las 6:30 am, le desagradaba la idea de comenzar temprano. Miró a su gordo gato quien ya había salido de la mochila-cartera y ahora se encontraba inspeccionando y oliendo todo el lugar y una idea surcó por su cabeza.
-Ey tango quieres ir a dar un paseo?- cuestionó sin esperar respuesta del animal, quien solo la ignoro. Tomó al animal y su mochila con las cositas más importantes y se dirigió a la salida donde su bici aguardaba, el minino estaba inquieto pues al parecer no quería salir a pasear eh intentaba huir de los brazos de la chica.
No le tomó importancia a los movimientos bruscos del felino y lo coloco en la canasta de su bicicleta esperaba que no se lanzara, y así fue, aunque probablemente fue porque el gordo y pesado gato no tenía las suficientes fuerzas para impulsarse, tomó impulso y subió en el vehículo haciendo así que por fin tango se tranquilizara un poco. La joven pedaleaba alegremente mientras su gato solo se encontraba sentado en la canasta tomando aire, manejaba por donde la guiaran sus pies, por desgracia eso fue colina arriba.
Pasaba manejando su bicicleta por un camino de tierra aislado por las filas de árboles que se encontraban a los lados, haciendo así un hermoso paisaje para la de iris ___, pero de un segundo a otro su gato que se encontraba en la canasta dio un increíble salto cayendo en el piso y comenzando a correr hacia la inmensidad del bosque. La fémina soltó un gritó de horror por tremendo susto, literalmente bajo de la bicicleta y tiro esta para seguir al animal dentro del bosque a gran velocidad, ella de verdad no esperaba que un gato tan gordo corriera tan rápido. Un montón de ramas golpeaban contra su cuerpo logrando hacerle algunos rasguños.
-Tango! pspspspspsps michu! michu!- gritaba desesperada por encontrar a su compañero de hogar.
Por otro lado el joven lobo al escuchar los gritos y pasos muy cerca de él intento huir pero algo más llamó su atención, acaso eso era un gato? nunca había visto uno por la zona, claro que había gatos salvajes pero nunca se acercaban a su territorio, además este traía un collar y un cascabel, intentaba trepar a un árbol pero su peso no se lo permitía, podía oler la desesperación de aquel humano, quizás buscaba al gato, odiaba que entraran a su territorio pero no podía atacar a las personas y permitirse ser visto. Solo por esta ocasión se permitiría a si mismo ayudar al intruso. Se acercó al felino quien claramente se erizó y puso en posición defensiva, aún así con su mandíbula lo agarro de la nuca como pudo.
La muchacha se acerco a gran velocidad al lugar donde escucho un maullido de esos que hacían los gatos cuando pelean a las tres de la mañana en el techo, grande fue su sorpresa al ver que un animal salvaje lo tenía en su boca, pero no cualquier animal... un lobo. No pensaba aflojar y dejar que se lo comiera, tomó una rama seca que estaba cerca y la rompió para usarla como arma, alzo el palo con un brazo y con el otro le hizo una seña al lobo para que este tranquilo, pero en realidad el ni siquiera se estaba moviendo, este se encontraba mirando aquella cicatriz en el brazo líder de la fémina.
-Suelta al gato y no te haré nada- amenazó mientras movía su mano libre haciendo como señas de esas que siempre hacen los luchadores para comenzar una pelea.
El cuadrúpedo hizo caso y soltó con suavidad al minino quien corrió a las piernas de su dueña aferrando sus uñas a la piel, ella soltó un chillido del dolor. El varón en su forma lobo estaba preparado para irse corriendo nuevamente pero el gritó de la muchacha lo hizo detenerse en seco.
-Espera! eres un hombre lobo no es así?!- el animal la regreso a ver con una mirada intensa -Aja! me entendiste y por eso regresaste a ver! entonces tengo razón! si existen!- celebro.
-Como sabes eso?- habló el animal, dejando anonada a la chica.
-Tus orejas y hocico! pude reconocerlos, aún te recuerdo! no eras solo algo de mi imaginación- ahora lágrimas salían de sus orbes y su cuerpo temblaba, después de todo tenía miedo, era un hombre lobo con quien hablaba.
-Disculpa pero nos conocemos?- la mujer negó con la cabeza y luego se sorbió los mocos.
-No, probablemente no me recuerdes pero tu me mordiste aquí cuando tenía creo cuatro años- le mostro su cicatriz -pero me conocerás tenlo por seguro, soy ___ ___- el enorme animal solo asintió con la cabeza.
-Soy Ame- contestó.
-Bien Ame, no tienes que preocuparte porque no le contare de ti a nadie, así que déjame vivir, si?- indagó aún entre lágrimas y con la voz entrecortada, el masculino solo la miro de manera extraña y asintió nuevamente, entonces la peli ___ tomó al gato en sus brazos y corrió lo más rápido que pudo hasta salir del bosque y volver a subir a su bici para regresar a casa.
...
-Que miedo!!!- gritó con la cara en la almohada para callar su gritó y llanto -no puedo creer que sea el mismo chico... casi me da un infarto cuando me habló!-
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justo se acabo mi lista de reproducción de una hora cuando escribí la última palabra, la verdad no recuerdo si los weros pueden hablar en su forma lobo, pero como dije anteriormente esta es mi historia y hago lo que quiero, la verdad me esta gustando mucho espero que a ustedes tambien si es así...
⭐🌟 Voten plis, me anima a continuar escribiendo.
pero bueno, no eh almorzado y muero de hambre, tengan lindo día bellas personitas.
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ℕ𝕠𝕤 𝕔𝕠𝕟𝕠𝕔𝕖𝕞𝕠𝕤? -ᴀᴍᴇ x ʟᴇᴄᴛᴏʀᴀ
FanfictionEra pequeña, creo que tenia solo tres o cuatro años cuando lo conocí pero a pesar de que todos digieran que solo fue mi imaginación, estaba segura de lo que vi... Él no era como cualquier niño, era especial, pero con el pasar de los años me deje eng...