𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 14

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A la mañana siguiente cierta joven despertó a las cinco de la mañana como indicaba su horario, alimento a su mínimo y se dirigió al trabajo donde apenas llegar, ella y dos compañeros más se encaminaron a hacer reportes sobre los animales del lugar.

...

Al terminar finalmente se dirigió a su hogar, pero al llegar noto algo extraño en la puerta de entrada, un ramo de flores se encontraba allí, específicamente de Sumires (violetas) extrañada tomó el ramo que no venía con ninguna nota, hizo un gesto con los hombros dando a entender que no le iba a dar mucha importancia, por lo tanto dejo las flores en agua, a decir verdad eran muy bonitas pero no tenía ni la mínima idea de quien pudo dejarlas allí, quizás hanna o alguno de los vecinos, miro a su gato que ya había llegado cuando escucho la puerta ser abierta.

-Acaso tu trajiste estas flores para mi michu?- Por su parte la mascota solo maulló sin razón aparente haciendo reír a la muchacha -solo te hace falta decirme- tosió un poco para luego decir con voz gruesa -jovencita no le gustaría acompañarme esta noche?- río nuevamente para finalmente detenerse suavemente notando el silencio que la rodeaba haciendo que solté un suspiro -este lugar se siente muy solo- comentó hacia la nada con indiferencia.

...

Los tres siguientes días también encontró en la puerta de su vivienda ramos de flores, cada uno diferente, estos eran de: Tsubaki (Camelia) Sakurasou (Prímula) y Asagao. Todas flores muy bonitas a su parecer pero no entendía de donde salían, había a preguntado a la castaña pero ella decía no saber nada al respecto cuando en realidad ya se daba una idea de quien era.

ᴅɪ́ᴀs ᴀᴛʀᴀ́s ᴇɴ ᴄᴀsᴀ ᴅᴇ ʜᴀɴɴᴀ

-Oye mamá... que... que se le puede dar a alguien para agradecer algo?- preguntó con pena el joven muchacho de cabello azulado oscuro.

-Eh... supongo que puedes regalarle algo, porque?- el de mayor altura negó con la cabeza y se dirigió a su habitación.  De vez en cuando solía ir a visitar a su madre y comer algo de comida cocinada, ser un lobo todo el tiempo era aburrido, solitario y atosigante, pero es lo que el amaba y es el camino que eligió, pero desde hace algún tiempo le comenzaban a dar intensos dolores de cabeza que "mágicamente" disminuían cuando volvía su forma original, no le gustaba ser un humano estando sin sus ropas ni comida en el campo ya que le daba frío y no podía consumir algo crudo porque sus torpes dientes no podían degollar a una simple ave, tampoco era tan ágil como en su forma animal y eso lo molestaba por lo que prefería ir a visitar a su progenitora. Usualmente esta siempre se alegraba por su visita pero ahora y la vez anterior que vino de visita ella lo tomó como algo normal, ahora lo entendía... ella olía así por esa muchacha rara y llorona que conoció en el bosque.

No podría explicar que olor era, pero cada vez que lo sentía su nariz picaba y un sentimiento de alegría y relajación lo invadía, se sentía flotar, se sentía libre estando cerca, acaso era esto a lo que llaman oler las emociones? veía a su madre sonreír y hablar tan alegremente de aquella chica que le hacía compañía que hasta podía sentir un aura de luz y girasoles salir de ella. Acaso era la chica esa la que ocasionaba eso en su madre? Ciertamente se sentía más cómodo ahora, antes cuando la visitaba siempre estaba como ansiosa y... no quería admitirlo en voz alta pero su mamá se sentía triste y sola, eso lo incomodaba en demasía cuando se encontraba con ella, por eso prefería irse lo antes posible de aquella vivienda.

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 Eran las 12 pm, cuando la fémina sintió que alguien tocaba su puerta, abrió sus ojos como platos en un micro segundo, pensó que quizás solo fue su imaginación jugándole una broma pero allí estaba de nuevo el sonido de algo o alguien tocando su puerta.

ℕ𝕠𝕤 𝕔𝕠𝕟𝕠𝕔𝕖𝕞𝕠𝕤? -ᴀᴍᴇ x ʟᴇᴄᴛᴏʀᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora