Capitulo uno

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Odiaba los miércoles, me ponía mas tonta que nunca. Eran las 8:10 AM y llegaba tarde a clases con Hoffman, aunque no me importaba mucho porque ser la hija del director tenía sus ventajas, no?

El punto es que hoy me sentía Flash, llegué en 5 minutos al insti, Y corriendo!

Al entrar, como siempre saludé a Monty. Nuestro portero.

-Buenos días Monty!- dije aún con la respiración agitada.

-Buenos días Alex!- respondió como siempre desde la puerta.

Cuando estuve frente al salón de clases golpeé suavemente la puerta unas tres veces. Hoffman abrió con cara de pocos amigos y frunció el ceño.

-Orta vez llegando tarde Archer?- Bufó antes de dejarme pasar, no le servirá de nada negarme la entrada.

De hecho me seguía preguntando porqué los profesores siempre llamaban a los alumnos por sus apellidos, y efectivamente yo no era la excepción.

Entré y me senté al lado de Layla, mi mejor amiga, que de inmediato se giró hacia mí.

-Te enteraste?- preguntó como si yo fuese adivina y supiera exactamente a qué se refería.

-De qué?- murmuré intentando no llamar la atención del profesor.

-Mañana entra un chico nuevo, dicen que lo expulsaron de cuatro institutos y tu padre le ha dado la oportunidad de entrar aquí- dijo distraídamente mirando al frente.

-Ah que raro, Papá no mencionó nada.

-Nunca te enteras porque estás en Belén con los pastores Alex- dijo en un susurro aguantándose la risa.

-Ey escuché eso!- dije frunciendo el ceño- Y para tu información estoy en la tierra y nunca he ido a Belén. Aunque pensándolo bien...- me cortó antes de terminar la frase.

-Ni se te ocurra decir que te gustaría ir a Belén o cambiaré de mejor amiga, hablo en serio- dijo riendo a la vez conmigo.

-Su conversación está mas interesante que mi clase, señoritas?- preguntó Hoffman haciéndonos sobresaltar.

-Lo sentimos profesor- contestó Layla- Aunque de verdad no lo hago- me susurró.

La miré y empezamos a prestar atención a la charla aburrida que estaba dando el profesor sobre Las Ciencias Humanas.


Una vez terminadas las clases me despedí de Layla y salí al encuentro de mi Padre en su oficina. No sé en qué momento choqué contra el cuerpo de un Chico.

-Lo siento, lo siento. Iba distraído- dijo con una voz que hacía babear a cualquiera.

-No pasa nada, yo también tuve culpa- Levanté la mirada, y madre santísima lo guapo que era. Tenía el pelo castaño con mechones rubios. Largo y despeinado, ojos verdes como esmeralda y llevaba un estilo de skater boy. Sin mencionar que me llevaba como dos cabezas.

-Eres nuevo?- pregunté ya que no lo había visto.

-Si, se supone que entro mañana pero el director necesitaba hacer el papeleo hoy- dijo de forma despreocupada.

-Bueno, yo también iba a la oficina de mi Padre- me miró interrogativamente- Del director digo- y como si entendiera perfectamente a qué me refería asintió.

-Me llamo Alan, por cierto- Me dedicó una sonrisa cálida.

-Alex, un gusto- le sonreí de vuelta. Sin saber que ese chico llegaría a ser el motivo de mis futuras sonrisas...y lágrimas.

•(Foto de Alan al inicio del Capítulo).

Fuimos un Atardecer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora