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Tocaron la puerta de la habitación. ¿No fui clara al decir que estaría ocupada con un paciente?.

—Estoy en revisión—Dije un poco enfadada. Llevaba aquí desde las seis de la mañana y ya estaba muy cansada.

Volvieron a tocar y esta vez de una manera más desesperada. Yo solté un bufido.

—Enseguida regresó—Dije amablemente a mi acompañante. Era la señora Payne, 56 años, sufría de arritmias en el corazón. Tenía tiempo que se había convertido en mi paciente.

Ella asintió con su cabeza regalándome una sonrisa y yo me dirigí hacia la puerta.
La abrí y me encontré con la mirada con miedo de Jules, mi compañera y amiga.

—Zoé...—Habló transmitiéndome un miedo gigante.

—¿Jules? ¿Qué pasa?—Hable asustada y ella tomó una una de mis manos.

—Tu padre falleció—Dijo mirándome con pesar y yo sentí como me desconectaba de todo en ese momento.

Papá... ¿muerto?.

No, eso era imposible.

Papá era un hombre bastante sano, constantemente le hacía revisiones médicas para verificar que todo estuviera en orden y nunca hubo algún inconveniente.
El apenas y salía de casa, se la había pasado encerrado durante días.

—No puede ser cierto—Le conteste a Jules sin mirarla. Tenía mi mirada fija en el piso.

—Lo acaban de anunciar por televisión, lo llevarán a la morgue en unos momentos. Lo siento tanto—Me abrazo tan fuerte que incluso sentía dolor. Yo no podía reaccionar, debía tratarse de una confusión.

—Necesito terminar mi consulta—Dije entrando en pánico y cerrándole la puerta en la cara a Jules.

El aire comenzó a faltarme, esa sensación de inquietud se apoderaba de mi. Un ataque de ansiedad.

—¿Doctora Hargreeves?—Escuche la voz de la señora Payne pero me era imposible salir del transe—¿Se encuentra bien?—

La miré a los ojos y ella pareció asustarse. Respire hondo y trate de tranquilizarme.
Una vez un poco más tranquila, seguí con la consulta como si nada pasara.

La señora Payne abandonó la habitación y yo tomé mi celular para ver qué diablos sucedía.

Oliver :)
Zoé lo lamento tanto.
Volveré a la ciudad en cuanto
pueda para estar contigo.

Incluso Oliver lo sabía aunque estuviera en California. Me fui a las secciones de noticias y en efecto, solo podía leer títulos como: MUERE REGINALD HARGREEVES, EL MILLONARIO MÁS SOLITARIO DEL MUNDO.

Salí de donde me encontraba y caminé hasta la recepción del hospital donde todas las miradas se posaron en mi.

—Lamentó tu perdida, Zoé—Hablo el doctor Andrews acercándose a mi poniendo su mano en mi hombro, él había sido uno de mis profesores en la facultad.

Muchas personas se acercaban a darme el pésame pero yo estaba como perdida.
No podía contestarles, no podía reaccionar.

Fui a una sala de médicos donde solíamos desayunar o reunirnos a charlar cuando el turno estaba tranquilo.
Me senté en uno de los sofás y tomé mi cabeza entre mis manos tratando de asimilar la situación.

Sentí el peso de alguien a mi lado, vi por el rabillo de mi ojo y se trataba de Jules.

—¿Porque no vas a casa?—Me dice mientras soba mi espalda.

𝐄𝐧𝐜𝐮𝐞́𝐧𝐭𝐫𝐚𝐦𝐞 | CINCO HARGREEVES (Cancelada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora