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Zoé POV

Había esperado tanto volver a sentir esto. Lo reconfortante que era sentirme entre sus brazos. No había nada más que me diera esa paz, esa tranquilidad. No quería soltarlo y al parecer el tampoco tenía intención de soltarme a mi. Pero me aparte para secar mis lagrimas, de seguro me veía ridícula.

—Lo siento, creo que me puse muy sentimental—Dije mientras secaba mis ojos.

—Tu enfermedad ¿es fea?—Pregunto desconcertándome un poco.

—¿Mmm? No, no es la gran cosa solo que quizás siempre me veré mucho más joven de lo que realmente soy. Como tú—Bromeé y él soltó una risa, sonreí para mi misma al escucharlo. Se sentía tan bien tenerlo aquí—¿Tu estas bien?.

—Si, lo estoy—Me respondió a secas mientras me miraba detenidamente. Me estaba poniendo nerviosa.

—¿Que?.

—Extrañaba verte—Sentí el tacto de su mano en mi mejilla. Dios, no puedo creer que soporte tantos años sin su compañía. Cerré mis ojos para disfrutar las caricias que me daba—Sigues siendo tan hermosa como siempre.

Abrí mis ojos para encontrarme con sus ojos verdes puestos en mi. El se estaba acercando, demasiado. Parecía que quería besarme y Dios sabe cuantas ganas yo tenia de besarlo pero no podía.
No iba a hacerle eso a Oliver, no podía ser así de injusta con el. Cuando su rostro estuvo tan cerca del mío, me volteé. Noté por el rabillo del ojo que él mordió su labio inferior.

—¿No vas a dejar que te bese?—Hablo y yo comencé a ponerme muy nerviosa. No sabía que decirle, no podía decirle sobre Oliver.

—Vas muy rápido, Cinco—Hable con lo primero que se me ocurrió y el me dio una de sus sonrisas, esa sonrisa que me quitaba toda la cordura y me ponían a sus pies.

—Ya veo, te entiendo—Dijo cerca de mi oído erizando mi piel y sentí sus labios sobre mi mejilla—Esperare el tiempo que necesites para asimilar todo esto.

Yo le sonreí. Me sentía la mayor mentirosa y basura del universo pero no quería lastimarlo. Ni a él ni a Oliver, uhg, no sabía que haría con todo esto.

El pequeño homenaje que hicimos para papá fue un desastre. Luther y Diego no perdieron la costumbre de ser unos neardentales que se van a los golpes al primer mal entendido.

Cinco se fue, Klaus lo acompaño.

Yo me quede sentada en el sofá de la sala, viendo el cuadro de Número Cinco fijamente. ¿Que hubiera hecho yo si me hubiera quedado atascada en él tiempo sola?.
Bueno... Estuvo con la tal "Dolores". Ve a tu saber quien rayos es esa mujer y no me pondría a armar cuentos para torturarme.
Me dolía pensar que tuvo que pasar por tanto, tanto que yo no imaginaba todo lo que había vivido Cinco en estos años. Me hacía sentir aún peor el hecho de que yo haya seguido mi vida junto a Oliver pero ¿que más podría haber hecho? No había manera de saber si él seguía vivo...

Una cosa tenía muy en claro. Tarde o temprano Cinco se terminaría por enterar sobre Oliver, no podía ocultárselo.

Y Oliver... ¿Que pensaría cuando le diga que Cinco volvió?. Yo aún lo amaba, lo había confirmado hace unas horas y eso era injusto para Oliver, él no merecía amor a medias. Él se merecía todo lo que yo nunca podría darle, él era un sol, mi sol.

—Hey ¿estas bien?—La voz de Vanya me saco un susto. La miré, asentí con mi cabeza. Ella se sentó a mi lado, era raro pues jamás volvimos a ser amigas después de lo de Cinco.

𝐄𝐧𝐜𝐮𝐞́𝐧𝐭𝐫𝐚𝐦𝐞 | CINCO HARGREEVES (Cancelada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora