El recuerdo de la dulce y profunda voz que había escuchado de Luke meses atrás mientras cantaba con su banda había sido reemplazada con el sonido de su voz rompiéndose, pude sentir como su corazón temblaba.
El me había confiado aquello que el llevaba tiempo guardando, la fuente de su dolor.
—Lamentó defraudarte pero no soy alguien en quien puedas depender—le dije ocultando las ganas que tenía de consolarlo.
—Supongo que soy un entrometido, lo único que busco es consuelo entrando a tu vida—me respondió intentando ocultar las pocas lagrimas que se habían desbordado de sus ojos.Lo único que hice fue mirar al cielo, aquel cielo del que nadie era dueño. Intentaba convencerme a mi misma de que todo estaba bien, esa era la manera en la que yo era, no necesitaba nada más.
Sin embargo algo dentro de mí no quería que ese fuera el final de mi encuentro con Luke, yo quería más.
Luke me cubrió del frío desolador con su chaqueta de cuero negra, en ningún momento dejó de mirarme expectante a lo que sea que yo fuera a decir.—¿Sabes Luke?, Te estás perdiendo de un montón de mierda hermosa—reflexioné mientras seguía observando el cielo que me daba consuelo. Él sonrió.
—Lamentó defraudarte.
—Pero yo puedo mostrártela—le dije girándome para ver el cielo en sus ojos, después de todo solo quería estar con alguien sin tener que fingir que yo estaba bien.