Angustia [Saga D'Greco #1]

Capítulo 1

1

"Fiesta de cumpleaños"

Aquiles. 

23 de septiembre de 2021.

He caminado durante horas por la patética excusa de "Necesito un vestido para la fiesta de hoy" de mi querida y follable prima.

Así que como veo estoy a unos pasos del tercer y último centro comercial de Grecia y si Sasha no encuentra un maldito vestido que le guste y tenga ganas de ponerse hoy me mataré. Esto de acompañarla ha sido un puta tortura para mi cabeza.

De verdad que no entiendo su manía por comprarse más ropa. Tiene un maldito guardarropa lleno de vestidos caros y que le quedan de maravilla, pero ella dice que odia repetir vestido y que además hoy es mi cumpleaños y que ella debe estar más que regia que las demás.

No entiendo eso, la verdad es que es muy complejo, por mi que se compre un maldito vestido del mercado, al fin y al cabo se lo terminaré quitando al acabar la noche.

¡Malditas y raras mujeres!

« Pero como me encanta meterme entre sus piernas »

—No me mires así, Griego —dice Sole— Tienes cara de que me quieres matar —dice casi riendo, pero es la verdad. La quiero matar lentamente, pero mientras me la follo.

—Sabes que sí —es lo único que le digo mientras le sigo a una tienda de vestidos de gala.

En el frontis de la tienda hay un vestido azul noche, de lentejuelas, largo hasta los pies y con una abertura en la pierna izquierda.

Sole lo mira como si fuera la cosa más bonita que ha visto en toda su vida. No puedo negarlo, el vestido es muy bonito.

—¿Te gusta? —ella asiente como un niña chiquita y es suficiente para que llame a una de las chicas y le pida guardar ese vestido.

Sole me mira con los ojos abiertos. El vestido para ella cuesta una fortuna, no sé porqué se hace la que le duele gastar si es millonaria. Su abuela es una de los herederos D'Greco.

No pudo heredar ser la cabeza de la casa, pero si heredó muchas empresas. No se debería quejar, pero aún así lo hace.

—¿Has visto lo que cuesta, Aquiles? —me dice mientras recibe la bolsa con su preciado vestido. Niego con la cabeza y le doy un corto beso en los labios. Me alejo de ella y puedo ver como sonríe. Espero que lo nuestro se mantenga en lo que siempre fue: solo sexo.

Llegamos a mi casa y lo primero que hacemos es ir a mi habitación, la cierro con llave y empiezo a sacarme la ropa al igual que ella.

La bolsa está tirada en el piso. Si se daña le compraré otro igual o uno parecido. El dinero no es lo importante aquí. Solo deseo sumergirme en su cuerpo.

Horas después ambos estamos tirados en mi cama. Ella tiene los ojos cerrados y la boca entre abierta.

Rememoro escenas anteriores y deseo quedarme para siempre en esos pequeño instantes de felicidad.

Sus gemidos son un delicioso sonido que quisera escuchar toda la vida, pero sé que no será así. Esto, lo nuestro algún día acabará y ambos los sabemos muy bien.

—Descansa, pequeña loca —le digo mientras beso su frente. Sus rizos color azul caen por su frente sudorosa.

Aún recuerdo cuando vino feliz con un tono nuevo de color de cabello. Quise reírme porque combinaba a la perfección con sus ojos azules. Se veía muy tierna.