CAPITULO 3

68 11 1
                                    

Había sido un día tranquilo, especialmente porque [_____] se encontraba fuera de casa y no era por razones de trabajo. Sino porque se encontraba quedando con un viejo amigo, o algo así fue lo que él minino escucho, aparentemente [_____] se andaba ilusionando.

El gato acostado en el sillón, bufó ante la idea de que su amiga estuviese con un "macho humano". Talvez no entendía a la perfección a los humanos ante lo poco que había interactuado con ellos hasta ahora.

Sin embargo, su amiga era una hembra totalmente lista para tener cachorros y la idea de que ese desconocido le pusiera las manos encima no era su favorita. Aunque al final, de lo mucho que escucho al parecer solo iban a hablar, así que no entendía porque preocuparse.

Talvez ya se estaba volviendo paranoico desde lo sucedido con la camioneta negra que por cierto, seguía apareciendo allí fuera cuando [_____] no se encontraba en casa o a altas horas de la noche.

Optó por despejar su mente, transformandose en su forma totalmente humana, una versión que carecía de aquellas orejas y cola. Aún le costaba trabajo hacer eso pero desde hace varios días sentía la necesidad de poder lograrlo.

— No sé porque lo hago.. al final no estoy seguro si mostrarle quién soy... en verdad... —. Miro la palma de su mano, la cual se veía en mejores condiciones debido al buen cuidado que le habían dado durante el mes, para apartar la vista despues de unos segundos.

— ¿Seguiría siendo mi amiga, aún así? —. Soltó aquella pregunta sin esperar respuesta, mientras sus orejas y cola volvían a aperecer.

Prendió la televisión buscando algo interesante por ver, hasta que se topo con algo que parecía una novela, habría cambiado de canal rápidamente sin embargo una escena le llamo la atención.

— María San juana Teresa de Jesús, yo te amo!  —. Dijo aquel sujeto fuerte y alto, con prendas que parecían desgastadas mientras sujetaba de ambos brazos a una joven.

— Carlos... No podemos estar juntos, somos... diferentes, la gente no lo aceptaría... —. Respondió desconsolada, aquella joven de fino vestido mientras intentaba soltarse de su agarre.

— A mí no me importa que seamos diferentes o lo que la gente diga, eso no cambia lo que siento por ti. Por favor, correspondeme y escapemos juntos! —. Dijo de manera apresurada visiblemente preocupado, para sujetarla de la cintura.

— Oh, Carlos... Yo también te amo... Pero Escapar? A dónde? ¿Que le diré a  mis Padres? —. Dijo la joven relajando sus hombros, para abrazarle mirando fijamente al contrario.

— No importa mientras estés a mi lado... —. Contesto para acercar su rostro a la joven, juntando los labios de ambos.

Aquel acto le era totalmente desconocido y nuevo ante el de cabellera negra, sin embargo no tuvo tiempo de reaccionar ya que escucho como la puerta se abría, por inercia volvió a su forma gatuna. Olvidándose de algo importante, la televisión.

— Hmm, No recuerdo haber dejado la televisión así —. Dijo [____] entrenado a la sala dejando sus cosas, mientras el pequeño cuerpo del minino se tensaba. — O acaso la encendiste tú, gatito picioso? —. Con una sonrisa se dirigió al bigotes para acariciarle el lomo.

El gato entendió que no había problema así que se relajo, algo que duró pocos segundos, ya que de [_____] desprendía un aroma ajeno, algo que en sí era habitual por su trabajo donde se encargaba de varias cosas y trataba con personas a diario.

El problema es que este era un caso especial, se trataba de aquel "macho humano". Su aroma no tardó en llenarle sus fosas nasales, lo que le asqueo y molesto.

Aún cuando [____] le acariciaba, abrazaba y el optó por acostarse en su regazo, aquel aroma seguía presente aunque con menos intensidad. Esa ropa merecía ser quemada, aunque seguramente estaba exagerando.

Les gustó el capítulo?
Debido a problemas externos, me quedé sin internet y hasta ahora me han puesto datos, intentaré actualizar tan pronto como me sea posible!

No olviden darle like y compartir!

¡Ah, Es un Tío! [Chico gato y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora