Capítulo 3

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—¿Se conocen?— preguntó Sam confundido.

—No, no— habló rápido Quinn disimulando— Nos cruzamos una vez.

—Claro— asintió Sam— Si me disculpan... me llama mi padre— se retiró no sin antes besar a su prometida, lo que provocó cara de disgusto en Santana.

—Así que Collette y Kim eh...— habló Brittany al salir del shock— Juraría que son Santana y Quinn.

—Tanto tiempo Pierce— habló Quinn.

—¿Que hacen acá? ¿En serio están casadas?

—No es de tu incumbencia— dijo Santana retirándose rápido dejando a la rubia con la palabra en la boca y se dirigió hasta el patio. En el camino pensaba en lo que acaba de pasar. Brittany, su brittany estaba comprometida con un narcotraficante, claro que ya no era su Brittany desde hacía nueve años, pero eso no le quitaba el sabor amargo de la boca. Había dejado de pensar en ella hace algunos años, se convenció en dejar de hacerlo, pero ahora que la volvió a ver...
Al llegar al patio saco el celular para disimular que hablaba por él.

—Patterson, Rich— habló— Necesito que hagan algo ya— empezó a caminar mientras se pasaba su mano por el cabello— Urgente.

¿Que pasó?— preguntó la rubia.

¿Donde te metiste López?— habló Zapata.

Escuchen, borren ya todos los archivos o informes que contengan información sobre mi, Noah o Quinn. Borren nuestra existencia. Y los archivos que no se puedan borrar porque son de la agencia ponganles más seguridad que a los mismísimos secretos de estado.

—¿Que pasó?

La prometida de Evans es Brittany Pierce. Brittany Susan Pierce. Una vieja amiga nuestra, pero más mia— suspiró— Sam nos presentó como Collete y Kim pero ella sabe la verdad. Si se la cuenta a él, Evans va a tratar de investigar. No tiene que encontrar absolutamente nada.

—¿Santana dónde te metiste?— preguntó Noah— Brittany ya se fue, no sabemos donde.

Estoy afuera. Rich, busca información sobre ella.

Un segundo— se lo escuchó teclear— Brittany Susan Pierce, veintiséis, modelo, nacida en Ámsterdam. Padre nacido en Lima, Ohio, abogado. Madre fallecida por un accidente automovilístico hace casi cinco años. Sin hijos. Sin hermanos. Es dueña de su propio departamento en su ciudad natal.

—Esa información está mal— contestó Santana— Nació en los Estados Unidos, su padre es holandés y él tampoco es abogado, es doctor. La madre falleció de cáncer no en un accidente, y sucedió hace casi diez años, Brittany tenía diecisiete cuando Susan murió.— se le quebró la voz y luego carraspeo— Y tiene una hermana mayor, llamada Hanna.

—Esto no me cierra ni un poco— se escuchó decir a Quinn.

—¿Estás segura de eso López? ¿Que tanto la conocías?

Más que a mi misma. Su madre y la mía eran mejores amigas desde la infancia, y su padre trabajaba con los míos hasta que se mudaron, nos conocemos desde bebés, prácticamente nos criamos juntas. No sé nada de ella hace años, pero esa información sí.

—¿Quiere decir...?— preguntó Noah.

Que prácticamente cambió su vida entera. Pero la pregunta sería ¿Por qué? y lo más importante ¿Cómo? intenten encontrar algo más.

—¿Es buena persona? — preguntó patt.

—Patterson no la vemos hace nueve años— dijo Noah.

Gracias por contestar obviedades López— dijo Santana— No sé si es buena persona, cuando la conocimos lo era.

—¿Confías en ella?— volvió a preguntar— Conoce sus nombres y sabe que se presentaron con otros. Además está comprometida con él.

—No, no confío en ella— respondió cortante.

—¿Por el pasado?— preguntó Quinn— López estamos hablando de Brittany. Ella no es mala.

—No es por el pasado Fabray, pero si fuera por eso tampoco confiaría en ella— respondió de la misma forma de antes— Diez años pasaron, no sabemos si es buena o es el mismísimo demonio.

—Nueve pasaron. Y Santana... Brittany está yendo hacía vos. Está a diez pasos.

—Muchas gracias papá, luego te llamo, no te olvides de lo que te pedí— cortó el "teléfono" y lo guardó caminando disimuladamente hacía el lado de Brittany.

—Señorita Jones ¿Podemos hablar?— dijo la rubia divertida.

—¿Qué?

—Pensé que después de tantos años estarías contenta de verme— dijo mirándola a los ojos.

—Y yo pensé que nunca más te vería. Supongo que suponer está mal— dijo cortante.

—¿Qué te pasa?— preguntó confundida— Antes me querías. Me tratabas bien.

—Antes no te hubieras ido del país sin avisarme— respondió cansada.

Uuuh se pone bueno— dijo Noah, al escuchar a su hermano, la latina disimuladamente apagó su micrófono.

—Las cosas sucedieron rápido, no dependió de mí.

—Puede ser, pero tiraste a la basura diecisiete años de amistad, y la misma cantidad de años de amor. Porque sabes bien que siempre habíamos estado enamoradas una de la otra, no sólo en la adolescencia— dijo enojada y luego encendió su micrófono— ¿Que estás haciendo acá de todos modos? ¿Como conociste a Sam?

—En holanda— suspiró— Estoy acá porque es mi... mi  prometido. Y en cuanto a lo otro, sos injusta— dijo Britt— Necesito que hablemos.

—No hay nada de que hablar, ni siquiera te puedo mirar Brittany.

—¡Esa es mi Tana!— exclamó Quinn.

—Lo siento.

—No, sé que no lo haces— suspiró— Me tengo que ir— intentó pasarle por al lado pero la rubia se lo impidió.

—Realmente lo siento Santana. Y no sé quien sos ahora o que tramas, pero tu secreto está a salvo conmigo Collette— la miró a los ojos.

—No vuelvas a llamarme Santana, Brittany. Hace de cuenta que nunca nos conocimos y volvé con tu prometido que te debe estar buscando — se fue dejando a la rubia con la palabra en la boca.

Volvió a entrar al edificio a paso rápido para buscar a sus agentes e irse lo más rápido de ahí. Santana siempre fue una profesional y se concentraba en la misión, pero verla a la rubia acá la descolocó por completo y no puede pensar en nada más que en ella. Luego de encontrar a sus agentes y saludar al senador, fueron a saludar a Sam que afortunadamente no estaba junto a Brittany, y se disculparon por no poder saludar a la rubia ya que supuestamente se tenían que ir, el solamente les sonrió y las invitó a cenar la semana siguiente.

Amor de AgentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora