Cap 3

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Se detuvieron ante la antigua caseta del club de fútbol. Mia se acercó cuidadosamente y tomó entre sus manos el tablero. "Club de Fútbol".

—Adelantaros, os alcanzaré. —avisó Mia. Los chicos se fueron hacia el edificio fútbol mientras Mia colgaba el cartel.

Escuchó pasos detrás de ella. Se giró esperando encontrar a alguien, sin embargo no distinguió ninguna figura. Se volvió a la caseta y entonces se dio cuenta de quién era. Estaba apoyado a su lado en la caseta.

—¿Por qué lo has hecho? Has destruido este recuerdo en dos segundos. —ni siquiera se molestó en dirigirle la mirada.

—¿Qué se supone que haces tu aquí? —preguntó el imperial mirándola fijamente. Todavía podía sentir las mariposas en su estómago. Él realmente la extrañaba.

—Pasaré este curso aquí. Puedo suponer que tú solo has venido a destruir el club de fútbol, ¿verdad? —en ese momento fue cuando Mia se decidió por mirarle. Se quedaron unos segundos en silencio, observando los rostros el uno del otro.

—Créeme, yo no quiero hacerlo. El sector quinto me obliga. —apartó la mirada de ella y observó el cielo.

—Si de verdad no quisieras no estarías aquí. Algún día me contarás sobre ese trato que hiciste con el sector quinto. —Mia se apoyó también contra la vieja pared de madera junto a Víctor.

—Algún día. Y también espero que ese mismo día lo entiendas todo y volvamos a ser felices tal y como lo éramos. —una sonrisa nostálgica apareció en su rostro. La única persona que sacaba lo mejor de Víctor era ella.

—Sí bueno, aunque no lo creas yo también espero ese día. —soltó un gran suspiro y dio unos pasos hacia delante.

—Lo siento mucho. La última vez que hablamos no me dejaste decírtelo. —Mia se giró hacia Víctor antes de ponerse en camino al gran edificio.

—Adiós, Blade.

Víctor observó como Mia se dirigía a la nueva sede de fútbol. Por una parte se sentía orgulloso de haber escuchado su voz, después de meses sin poder verla. Aunque por otra parte la necesitaba, necesitaba sentir su olor, su tacto...

{...}

Se abrió la puerta de la gran habitación en la que estaban reunidos todos los jugadores del Raimon. Algunos dirigieron su mirada a la que estaba entrando por la puerta en ese momentos, otros ni se inmutaron.

—Con lo que os había costado pasar del equipo B al primer equipo y abandonáis.

—Sí, porque tenemos miedo del sector quinto.

—Absurdo. ¿Cómo que le tenéis miedo a esa panda de idiotas? Os están quitando la libertad al jugar al fútbol, y encima ni os vais a resistir. —la voz de Mia resonó en toda la sala.

—Ya bueno, para mi expediente ha quedado bien formar parte del club. —Mia soltó un largo suspiro negando con la cabeza.

Aunque sin darse cuenta, el capitán del equipo la observaba curiosamente.

"¿Quién será esta chica? "

Esa era una de las preguntas que rondaba por la cabeza del capitán.

—Perdidos, estamos perdidos. —exclamaba un chico.

—Esperad por favor, esperad. —la morena se giró a mirar a Arion, quien se encontraba deteniendo a los que querían dejar el club.  —Por favor, no dejéis el equipo de fútbol.

Hate, Víctor BladeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora