Cap 4

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—Mia White. Es hija de Robert White, señor.

En la pantalla se veía reflejada la imagen de la chica caminando hacia el Instituto Raimon.

—Con que la hija de Robert. Vaya sorpresa encontrarnos con ella.

—¿Cree que deberíamos de hacer algo con ella? Por ahora está mostrando rebeldía ante nosotros, llamándonos "panda de idiotas" por ejemplo. —una sonrisa apareció en el rostro de Alex Zable.

—Así que será un obstáculo para nosotros, ¿verdad?

—Yo digo de eliminarla del mapa, tal y como hicimos con sus padres.

—No. Esa chica tiene mucho potencial, la quiero viva y trabajando para mí. —hubo un silencio durante unos segundos. —Llamar a Blade.

{...}

Los chicos junto a Sky y Jade subían las escaleras que daban a la entrada del Instituto. Arion se percató de la presencia de Víctor Blade. Tecleaba cosas en su teléfono cuando el chico de remolinos decidió acercarse a él.

—Escucha, entraré en el club de fútbol.

Jade y Mia se quedaron paradas esperando respuesta.

—Haz lo que te de la gana. —el imperial se dio media vuelta y se fue.

—Vámonos, Arion.

Mia sin embargo no pareció importarle cuando volvió a sonar la campana que daba fin al recreo para dar inicio a las clases. Es más, se volvió y siguió a Víctor.

—¿Qué necesitas de mí? —preguntó Víctor sin siquiera girarse.

—No pagues tu mal humor con personas inocentes. No sé porque cojones te has vuelto así. ¿Acaso fue por lo nuestro? —la pregunta de Mia pilló desprevenido a Víctor.

—No te incumbe.

—Si se trata de mí, sí me incumbe. —Mia se acercó hasta que sus labios casi se rozaban. —Todavía te pones tan nervioso como lo hacías cuando estábamos juntos. —una maliciosa sonrisa apareció en el rostro de Mia.

Víctor se maldecía por dentro por seguir tan enamorado de ella. Es decir, ¿quién podría superar a una chica como Mia? Sus ojos verdes combinaban perfectamente con su piel que se encontraba entre un tono oscuro y moreno. Su pelo castaño le quedaba de maravilla con esa cola alta que se solía hacer para los partidos siempre y su sonrisa podía iluminar los días de Víctor por muy mal que se encuentre.

El chico dejó los pensamientos sobre la morena a un lado y en un movimiento rápido acorraló a Mia contra la pared. Sus miradas se encontraron y cada vez eran más notorias las mariposas en el interior de los dos chicos.

—Sabes que me extrañas. —las palabras salieron como un susurro de la boca de Blade, la cual cada vez se encontraba más cerca de la de Mia, hasta llegar al punto de rozarse.

—Víctor esto no esta bi... —no pudo terminar la frase cuando los labios del imperial atraparon los de Mia.

Las manos de Mia rodearon el cuello de Víctor. El beso desprendía deseo y ganas. Demostraba lo mucho que se habían extrañado, aunque ellos lo negaran. La chica enroyó sus piernas alrededor de la cintura de Blade. Él respondió colocando sus manos en la cintura de ella atrayéndola lo máximo posible.

Hate, Víctor BladeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora