A

263 35 6
                                    

🍓|

Juguetea con los pelitos de su abrigo negro. La mañana es fría. Tiene sus zapatos ya puestos y la maleta verde oscuro a un lado.
Honestamente no quiere salir de casa, al menos aún no, pero Kun y Ten son tan tercos que podrían llegar al nivel de drogarlo para arrastrarlo a una cuidad desconocida.

Ni siquiera sabía holandés. Pero por las fotos que vio en Internet, el lugar es muy bonito, las personas son muy saludables y siempre andan en bicicletas. Incluso hay una casa flotantes para gatitos abandonados, sin duda iría a verlos. Había más información pero solo se centro en los mininos y las fotos del lugar.

Escuchó el claxon del auto. Miró por última vez su casa. Apostaba a qué dentro hacía más frío que afuera. El ambiente de la casa es triste y depresivo, incluso le enferma la sensación.

En el avión finge estar enojado con sus amigos, los ignora o respondé seco. Su teatro termina rápido, sus brazo enredados con los de Kun y Ten, cada uno a su lado. Relaja su cuerpo y se extiende en el asiento. Sería un largo viaje.

En las pequeñas pantallas del avión hay videojuegos y películas para el entretenimiento del pasajero. Los juegos de ahí son muy infantiles para su gusto. Las películas se ven buenas, pronto llega a una conocida.
Espera tener la esperanza de que Ten y Kun no despierten.
Selecciona "Crepúsculo: Luna nueva", es algo dramático, pero le recuerda a su relación, Mark sería Bella, el tal Jaemin Edward y él Jacob, siempre buscando el amor de Mark.

Hay una caja de pañuelos a su lado, si sus sollozos no fueran tan fuertes Kun no se hubiera despertado y quitado la película. —Tienes que estar jugando. Oh vamos Lele deja de llorar, no estás para ver esas películas ñoñas. —reprimenda. Busca mejor un película para niños en la pantalla. —Mejor ve Shrek 3, es muy buena.

El otro chino se limpia sus lágrimas. En venganza deja un pañuelo sobre la boca abierta de Ten. Y pide un jugo para acompañar a la película, los antes lloriqueos inminentes se vuelven risillas.

Cuando el avión aterriza se siente emocionado, algo nervioso. Al fin puede estirar las piernas, hay demasiada gente en el aeropuerto. Toman un taxi y pronto recorren las villas, hay muchos canales y botes. Baja la ventana y ChenLe saca fotos con su celular. Trata de buscar el bote de los gatitos pero no ve nada.
Ya es tarde, casi anochece. Cuando llegan al hotel se lanzan a la cama.

Están agotados. Kun es el primero en levantarse y ocupar una de las duchas de la habitación. Ten pide comida, mientras el pelinaranja se acerca al balcón, tiene una excelente vista de la cuidad, sus colores cálidos, el tintineo de bicicletas y un aire fresco golpeando su rostro.

Ya que había sido arrastrado a otro continente debería divertirse y disfrutar la cuidad. ChenLe bebe un vaso de agua. —¿Mañana sí iremos a vistar la casa flotante de los gatos? —Ten le sonríe apenado .

—Mañana iremos al museo de Van Gohg. —el gesto que pone ChenLe es pesado. El tailandes trata de arreglar las cosas— ¡Hey!, no te pongas así, después iremos a ver la casa de los gatitos.

Zhong sonríe jocoso. Terminan de comer y pronto están bajo las mantas. El silencio reina la habitación, un ambiente pacífico y tranquilo, esto último para Kun y Ten, ya que cada que ChenLe cierra los ojos Lee Mark invade sus pensamientos, agarra su celular y baja el brillo, entra a las redes sociales de su ex-novio, efectivamente está en una relación, las fotos de Mark y el ya no están, ahora son varias fotos del tal Jaemin.

Jaemin tiene la cara pequeña, perfecta cabe decir, labios pequeños agrietados pero rosados, unos ojos negros, alto y muy fuerte, algo que el no posee tal vez por eso Mark lo abandonó.

🍓|

day tripper [chenjen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora