day tripper [chenjen]

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Por fin puede ver la casa flotante de los gatitos. Lleva algo de comida para ellos y juguetes que compró.
Ten y Kun seguían en el hotel, ellos dos tenían planeado pasar la mitad del día en el spa del hotel.

Varios gatitos se frotaron contra sus piernas, dejando unos cuantos pelitos, acarició sus orejitas peludas, saco un sinfín de fotos y las publicó en sus redes sociales.
Rento una bicicleta y recorrió unas cuantas calles con el gps, visitó una cafetería vintage, el café y los pasteles fue un degustar exquisito.

Ya era tarde, pudo reconocer unas cuantas calles cuando ayer se perdió.
Las luces cálidas bañando el lugar, al final vio en la misma calle a Jeno, sentado en una banca, usaba un conjunto parecido al de ayer, elegante y algo ajustado, con la camisa revelando sus clavículas.

Tomo asiento a su lado, la misma sonrisa dulce lo recibió poniéndole los pelos de punta ante bello ángel.

—No creí que vendrías.

—Claro que vendría, te dije ayer que lo haría —espera que su interés por Jeno no sea muy obvió pero tiene ganas de conocer al azabache. Saber que le gusta que odia.

—Sí, lo hiciste —hay breve momento de silencio cómodo— Y...¿Por qué estás en Ámsterdam?, oh, espero no ser imprudente con mi pregunta.

ChenLe sonríe no se muestra disgustado ante la pregunta, ¿por qué estaba ahí? . Mark es la razón, superar su fallida relación pero desde que conoció justo ayer a Jeno, olvidó por completo la mera existencia del canadiense. Mark, ¿quién es Mark?.

—Uno de mis amigos planeó el viaje, ya sabes, para salir de la rutina y descansar unos días. —prefirió no mencionar a Mark, no quería mostrar una imagen de alguien aferrado al pasado.

Jeno entre cierra los ojos. —Oh, espero que se la estén pasando bien. ¿No deberían estar ellos contigo?

—Se supone, pero ellos dos hicieron otros planes y aproveche para visitar la casa flotante de gatos.

—Amo los gatitos. —saca su celular del bolsillo y desbloquea la pantalla, la luz del dispositivo alumbra la cara de ChenLe y puede ver tres gatitos rechonchos— Tengo tres gatitos, bongsik, seol, y nal.

—Aww, son realmente lindos. Deberías presentarnos, son unas ternuras. —sostiene el celular.

La sonrisa de Jeno se borra un poco. —Me encantaría, pero no están aquí.

—¿Por qué? —pregunta Zhong regresando el dispositivo.

—Bueno, están en casa de mi madre y mi hermana los cuida. Pero después iré por ellos, los extraño muchísimo.

—Comprendo. —da pequeños golpes en sus muslos ante lo que dirá— Tú tampoco eres de Ámsterdam, ¿verdad?

El contrario niega con la cabeza lento. —No. Estoy aquí... por mi trabajo. Pero, ¿oye quieres ir a la cafetería de enfrente conmigo?

Tomar otro capuchino no le haría ningún mal. —Sí, me gustaría.

Jamás penso que el pelinaranja volvería, tampoco el hecho de que se iba a emocionar con su presencia. Pero ChenLe era muy amable y respetuoso para el poco tiempo que han convivido juntos. Tampoco ignora su atractivo, alto, una mandíbula recta y ojos sonrientes que se asemejan a un lindo gatito, solo le falta unos bigotitos y orejitas para ser uno.

—¿Cuál es tu color favorito? —es lo primero que se le ocurrió a Zhong.
La risa pequeña de Jeno lo anima a hacer más preguntas.

—Umm —aún teniendo la cuchara en la mano se la lleva a la barbilla pensativo— me gusta el negro y un poco el amarillo, me han dicho que ese color se ve muy bien conmigo.

ChenLe mira embobado a Jeno. —Sí lo creó.

—Disculpa —No pudo escuchar lo que dijo.

—Dije: que bueno —los colores suben por rostro— es un color llamativo y muy bonito como tú —susurro lo último.

Cuando Jeno sonríe, sus ojos son medias lunas y sus bonitos labios se extienden, ChenLe sabe que esta cayendo enamorado por el azabache.

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