day tripper [chenjen]

I

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Tonto Qian Kun, si tan solo no fuera tan dulce, educado y atractivo, el masajista del spa no le estaría coqueteando cada cinco segundos.
Deslizando sus fuertes dedos su piel, sus hombros, rozando sus clavículas sin pudor.

Kun no es un tonto, él lo es, si sólo pudiera decirle lo que siente, pero el gran Chittaphon es un cobarde de sus sentimientos. Y ahora lo que hace es un capricho, ignorando olímpico a Qian.

Kun no tiene la culpa, pero si que le hace hervir la sangre, cuando él contrario no se ve disgustado por el continuó coqueto.

—Deseo que se hayan relajado lo suficiente. Esperamos que vuelvan pronto —la señorita que le hizo el masaje a Ten se inclina, despidiéndose.

Decir que se relajo completamente es una mentira, sus ojos no dejaron de ver amenazante al otro masajista, de tan solo recordar su nombre le da escalofríos.

—Johnny hace buenos masajes —menciona Kun, tiene las manos extendidas para arriba. Lo que menos quería escuchar Chittaphon es ese nombre.

—Ugh, podemos irnos por favor. —siente molestia, y sus músculos se tensan cuando ve a Johnny acercarse.

—Hey —dice el castaño a Kun— ¿quieres salir mañana conmigo?

Eso toma perplejo a Ten y Kun, Johnny es honesto, que hace sonreir a Kun.  —Sí.

Chittaphon sabe que no debe hacer una escena, pero no lo soporta, sale hecho humo del spa, choca su hombro con el de Johnny. Antes de alejarse más escucha a Kun disculparse en su lugar, cabreandolo al extremo.

Una gotita salada se desliza por su mejilla. Entra al ascensor, no piensa salir de su habitación, dibujar podría calmar sus sentimientos. Quisiera ser igual de valiente como Johnny y confesar lo que siente.

En la habitación ChenLe no está, había olvidado que iba a salir a pasear. Se va al baño para una ducha y después dormir un poco.
Su cabeza duele, la siente pesada, al tocar las sábanas de la cama cae profundo al sueño, es lo que necesita, dormir.

Al poco rato llega Kun, está algo molesto, Chittaphon fue muy grosero con Johnny, a pesar de que él otro dijo que estaba bien por el golpe.
Chittaphon nunca se a comportado así, debería de decirle a ChenLe pero no está. Va a la ducha y nota los espejos pañosos, Ten se debió a haber bañado. Se desprende de su ropa, más tarde es su cita con Johnny.

El chico es lindo, es muy amable, sin darse cuenta sonríe pensando en él, a dónde podría llevarlo en la noche, un restaurante, de paseo. Tarda mucho para vestirse, casi se rosea todo el perfume.

Johnny llega a tiempo, esta fuera del hotel esperándolo, ve a Chittaphon pasar directo a la sala para llamar a recepción, esta pensando en despedirse, pero ni quiera lo miró cuando paso, más seguro ni siquiera le responda. Cruza el umbral sin decir palabra alguna.

Afuera Johnny esta sentado en su motocicleta, toma asiento detrás de él y envuelve sus brazos en la cintura adversa. —Agarrate bien. —es lo único que dice.

Se adentran por las calles iluminadas de Ámsterdam.

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La calles son largas y hay que caminar mucho para llegar a la esquina y dar vuelta, ese tipo de cosas harían que a ChenLe refuñar e ir en auto. Pero con Jeno a su lado, siente que solo da tres pasos antes de ir por otra calle.

Había un puesto de crepas y se compraron unas. ChenLe se dio cuenta de que a Jeno también le gusta el chocolate, las frutas, los gatos, los lugares tranquilos y siempre se reí de sus chistes, por muy malos que sean, le causa gracia. Desearía haberlo conocido antes.

—Tienes un poco de chocolate. —Le dice Jeno apuntado a su propia comisura.

Agarra la servilleta que le dieron y lo pasa por sus labios, pero no hay rastro alguno, frunce el ceño.

—Déjame ayudarte —sostiene la servilleta y limpia la comisura de ChenLe. Su rostro está tan cerca que siente su aliento golpear su rostro. Los orbes expectantes morrón lo miran brillantes.

Quisiera besar a Jeno, pero no es prudente, tienen pocos días conociéndose, no quiere arruinar lo que están forjando.

—Gracias Jeno-hya

—De nada. —sonríe. Sus mejillas están algo sonrojada. En su bolsillo trasero vibra su celular, hay un mensaje de su jefe, tiene que regresar al trabajo. —Fue una linda noche, pero debo irme.

—¿Tan rápido?, aún no te haz terminado su crepa.

—Tengo que regresar al trabajo, me lo comeré de ida. Hasta luego. —dio la vuelta en dirección contraria, sacudió su mano.

—Hasta luego Jeno.

Estaba parado otra vez en un lugar desconocido. Metió su mano en la chaqueta para sacar su celular y llamar a un taxista, había varias servilletas, pero había una en particular con lapicero negro.
Era un número telefónico y al final escrito "llámame Lele". Debía de ser de Jeno, pudo haberlo escrito cuando estaba en el mostrado pidiendo las crepas y Jeno en la mesita a lado de la ventana. Registro su número entre sus contactos. Su corazón late desenfrenado, se siente en las nubes a lado de Jeno.

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