Estaba nerviosa. Después de que se fuere Stevens, Mark y yo nos quedamos mirándonos unos minutos. ¿Qué iba a pasar con nosotros?
De repente algo me hizo que desviara mi mirada de los ojos preocupados de Mark.
El paisaje habia cambiado. Ya no se veía verde. A lo lejos vi una enorme ciudad. En el centro de aquella ciudad había edificios altos de vidrio, casi no podía ver dónde terminaban, y a las afueras de la ciudad había edificios más pequeños, hechos con ladrillos grises.
Cada vez nos íbamos acercando mas. Se me hacia raro estar viendo una ciudad así de grande, es decir, yo he estado viviendo durante toda mi vida en un solo edificio. Era extraño ver cómo todo este tiempo has estado viviendo en una burbuja, sin saber que había más gente en otros lugares. Me sentía engañada de alguna manera.
Estuvimos unos quince minutos más en el tren hasta que se paró. Steven entró en la sala, y nos dijo que teníamos que irnos ya.
¿Qué nos esperaría hay fuera? No lo sé, pero tenía miedo.
Salimos del tren. Al parecer en el tren sólo íbamos nosotros, ya que al bajarnos no había nadie más en el andén, lo que se me hacia algo raro. Es decir, ¿un tren sólo para nosotros?
Stevens nos sacó de aquella estación de trenes, y fuera había un coche negro esperándonos.-Subiros. -Nos dijo Stevens con un tono algo cansado.
-Está bien, pero ¿dónde vamos? -Dije algo nerviosa.
-Ahora lo veréis. -Dijo con una sonrisa de lado.
Me estaba empezando a asustar. Mark y yo nos miramos, y sí, en sus ojos se podía notar que estaba muy asustado, al igual que yo.
¿Qué estaba pasando?
Stevens se sentó en el asiento del copiloto, y Mark y yo atrás. El conductor era un señor de mediana edad, con algunas canas. Parecía que estaba cansado, aun así no me gustaba del todo, por lo que pensé en mirar las calles que estabamos recorriendo.
Era una ciudad bastante grande, más de lo que me imaginaba. Había pocas gente en las calles, pero la poca gente que había iban vestidos con trajes grises, algunos manchados, otros rotos y con parches para tapar otras roturas.
Era raro. El conductor iba vestido con un traje negro, al igual que Stevens, y la gente de la calle iba con ropa rota. ¿Por qué?
Igual esa gente no tenia suficiente dinero como para comprar ropa, o no tenían trabajo para conseguir ropa. No lo sé.
20 minutos. Llevábamos 20 minutos en el coche dando vueltas por esta ciudad. Las calles eran todas iguales, casas grises de cuatro pisos como máximo y algunas ventanas de estas casas tenían tablones de madera. Raro.
De un momento a otro el coche se paró en frente de una verja enorme de metal. Había una especie de peaje en el lado del conductor unos metros más alante, pero no podía verlo del todo bien porque yo estaba en el otro lado, detrás de Stevens.
El conductor bajó la ventanilla, y pasó una tarjeta por aquella maquina. Ésta hizo un ruido, y la verja se deslizó hacia la derecha dejándonos pasar.
El conductor aceleró y dejamos atrás aquella valla. Me giré para ver cómo se cerraba aquella enorme verja. Por lo menos mediría unos tres o cuatro metros. Era inmensa.
Después de pasar la verja estuvimos como unos cinco minutos en una carretera que estaba vacía. Totalmente vacía. No había ni un edificio, ni una persona... nada.
Llegamos a otra verja como la anterior, pero ésta era más pequeña.
El conductor repitió el paso anterior, y la verja se deslizo hacia na derecha. Como la anterior.
Pero ésta verja era diferente. Detrás de esta verja estaba como la segunda parte de la ciudad. Las dos verjas eran una barrera.
Los edificios de ésta parte eran inmensos, eran más bien rascacielos. Estaban por todas partes.
Había coches de lujos, y las personas vestían elegante y extravagante a la vez. Se notaba que ésta parte de la ciudad estaba llena de lujos.
Llegamos al centro. El coche se paró en frente de un edificio enorme.
Nos bajamos del coche tal y como Stevens nos lo pidió.
Miré el edificio, pero no llegaba a ver su final. Mark y yo nos miramos y creo que nuestras mandíbulas tocaban el suelo.
-Seguidme chicos. -Nos dijo Stevens. -Y muchas gracias, Adam. -Dijo al conductor, y le dio un significativo numero de billetes.
Entramos a aquel rascacielos. El vestíbulo era muy amplio, y había mucha gente trajeada. Supongo que serían empleados de la empresa.
Stevens se dirigió al ascensor y nos hizo una señal para que le siguiéramos.
Marcó el piso -1.
-Estamos en el Hyde Building. Como os dije, sacan a una pareja de cada complejo. Y todos los años todas las parejas de todos los complejos se reúnen en un salón de actos para explicarles lo que van a tener que hacer. -Dijo Stevens.
-Así que, en el salón de actos de este edificio, nos vamos a reunir con todas las parejas de todos los complejos. -Resumió Mark.
-Así es. Seguidme. -Dijo cuando las puertas del ascensor se abrieron.
Entramos en el salón de actos. Había bastante gente. La mayoría estaba en grupos pequeños, y se estaban presentado a otra gente.
Dirigí la vista al recinto. Era enorme. Había un escenario, en medio de éste había un micrófono, supongo que para decirnos lo que tendríamos que hacer durante los próximos días, o semanas...
Estaba mirando a toda la gente que había en la sala, hasta que le vi.
Rizos.
Ojos marrones.
Sonrisa perfecta.
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Invencible- Bradley Simpson ciencia ficción.
Science FictionSia vive en un complejo dónde dos chicos desaparecen cada año el 4 de julio. Este año todo será diferente. Se enfrentará a miedos que ni ella misma sabía que tenía. Conocerá el amor por primera vez. Cambia las reglas. Destruye. Salva. Escapa. Revol...