Invencible- Bradley Simpson ciencia ficción.

two

2 de julio.

Me desperté con el mismo pitido que siempre. Como hacía siempre, me levanté perezosamente y me preparé para otro día lleno de aventuras. Solté una pequeña carcajada al pensarlo. Me miré una vez más en el espejo.

Mis ojos grises estaban algo más apagados de lo normal con unas bolsas debajo de ellos. Mi pelo bronce brillaba bajo la bombilla del baño. Aunque estuviera cansada con ojeras seguía teniendo algo que al mirarme al espejo sentía que seguía... viva, por así decirlo. Este sitio me estaba matando, quería irme rápido de aquí, correr lejos y hacer lo que quiera. Quería ser libre.

Escuché un pitido metálico y supe que la puerta ya estaba abierta. La abrí y me dirigí a la habitación de Amanda. Toqué a la puerta y ésta me abrió tan sonriente como siempre. ¿De dónde se sacaba tanta alegría?

Nos dirigimos al comedor para desayunar. Se escuchaban murmullos, la mayoría eran de chicos de 18 años. Tenían miedo, miedo de ser uno de los que desaparecen. Quedaban dos días, y, no sé por qué mi nerviosismo aumentaba.

Después de desayunar me fui a clase de cardiología. Hoy tocaba diseccionar un corazón que no sé de dónde había salido. Fue interesante y algo divertido. Aún con la distracción de las ranas, los chicos de mi clase, que a penas había (dos exactamente) seguían preocupados.

Después fui a buscar a Amanda alcase y fuimos a comer. Después de comer volvimos a clase, y al terminar la clase me fui directa al patio.

Andé por los pasillos y escuché a dos guardias hablando algo lejos. Me paré y me quedé escuchando.

-Todo ha cambiado. - Dijo uno de ellos.

-¿A qué te refieres?-Preguntó el otro, parecía confundido.

-Ya no serán dos chicos.-Contestó el otro. ¿Cómo que dos chicos?

-¿Y entonces cómo será?-Pregunto el otro.

-Será una...-Se detuvo por el estruendo que provoqué.

No sé cómo pero me había caído, había perdido todo el equilibro. Al notar el ruido que había hecho, me levanté rápidamente y doblé una esquina para que no me viesen. Había muchos pasillos, y con suerte no mirarían por donde estaba.

Al pasar unos minutos y ver que nadie se acercaba continué con mi camino. Silenciosa, al menos más que hace unos minutos.

Salí al patio y sonreí al poder respirar aire exterior, era horrible estar encerrada en este tipo de jaula, de cárcel sin salida alguna.

Me aseguré que los guardias estaban en la parte delantera del patio para poder irme a la parte trasera de éste.

Quité la verja cuidadosamente y salí al mismo árbol de siempre. Saqué la caja, y, ya que mañana sería el día que Jeff desapareció, decidí leerme el último día que estaba escrito en el diario por la chica desconocida.

No me he atrevido nunca a leerlo. Siempre que veía las primeras palabras 'Estoy asustada ' decidí no leerlas. Me daba miedo el contenido, lo que pudiera dar miedo a este chica, que según su diario, era fuerte y no muy asustadiza.

'3 de julio.'

'Estoy asustada, hace tiempo que lo llevo estando. Ellos se comportan de una manera más extraña de lo normal. Cada día pienso en cómo he venido aquí, si mi madre seguirá viva. Y en el caso de que lo esté, ¿dónde está? Estas preguntas pasan por mi cabeza todo los días. Pero evito en pensarlas. Hoy he escuchado a uno de Ellos decir que pasaría hoy. Pero, ¿el qué? Somos los primeros aquí, a partir de nosotros llegaron unos veinte niños cada año de unos tres o dos años. ¿Por qué nos tienen aquí? No lo entiendo, no recuerdo nada de cuadno era más pequeña, no recuerdo caras, ni calles, ni sabía qué había fuera de esas verjas que impiden que nos escapemos.'

'4 de julio.'

'Son exactamente las doce de la mañana y han desaparecido Josh y Katherine. ¿Por qué? No hemos sabido nada de ellos en todo el día, espero saber algo.

Son las cinco de la tarde, hoy por la mañana han desaparecido Josh y Katherine, mi mejor amiga. ¿Qué voy a hacer sin ella? ¿Por qué no ha dicho nada? Les hemos preguntado qué ha pasado, Ellos tienen que saber algo, pero nos lo esconden. Lo único que decían era que se habrían intentado escapar pero que habrían muerto en el intento. No me lo creo, las puertas se cierran y no hay manera de salir de esta... cárcel. Estamos atrapados.'

Y esa es la última página del diario. Pero espera... ¿Katherine? Es una chica, y aquí siempre habían desaparecido chicos. ¿Por qué? Este diario era del año 84. ¿Antes era todo diferente? ¿Antes era una chica y un chico? Espera... los guardias dijeron que todo iba a cambiar, ¿se referiría a esto? ¿Qué está pasando?

Despejé mi cabeza de todos aquellos pensamientos y me guardé el libro en el mono para poder meterlo en el complejo ,era complicado, pero lo intentaría de todos modos.

Llegué a la verja pero vi una sombra. Un guardia. Me giré para que algunos árboles que habían me taparan de ser vista por ese guardia. Pero una rama crujió al pisarla. Me callé y no me moví para no ser vista por el guardia, lo que funcionó porque se marchó de allí. Me dirijí a la verja, la pasé con agilidad y andé hacia la parte delantera, pero unas manos me cogieron.

-Así que estabas ahí, ¿eh?- Me dijo un guardia que me cogió el brazo con fuerza para que no pudiera escapar.

-Yo sólo...- Intenté decir, pero el guardia me tapó la cara con un paño blanco.

Mi respiración se volvía cada vez más y más lenta. No podía moverme pero seguía consciente.

-Albert.-Dijo el guardia que me sostenía a otro guardia. Notaba como andaba.

-¿Qué le ha pasado?-Preguntó el otro guardia.

-Se ha desmayado en la parte trasera, me la llevo a la enfermería.-Dijo el guarda que me sostenía.

-Está bien... -Dijo el tal Albert.- ¿Será ella? -Le preguntó, pero no obtuvo respuesta, al menos, yo no la escuché.

Mi cuerpo pesaba cada vez más hasta que caí en un pesado sueño. Oscuridad. Sólo había oscuridad.