SOMOS POLVO DE ESTRELLAS ® NUEVA VERSIÓN #1.0

⭐CAPITULO I ⭐:

                                                                            °~°~°~°~°⭐~°~°~°~°

-Londres/Reino Unido. 

¿Cuánto tiempo se tarda un escritor en emerger en el inmenso mar de literatura de grandes historias, y llegar a que su nombre se escuche con la misma sinfonía de la que ellos se regodean?

1 año, 3 meses y 14 días.

No es por alardear, siendo justos cuando escribes una obra de ciencia ficción futurista de realidad virtual con romance incluido lo primero que uno no pensaría es que más de un millón de copias se venderían los dos primeros días de su publicación.

Y que llegara a tener distintas ediciones solo por ese libro.

Pero como dije antes, no todos los escritores tenemos la suerte de encontrar las habichuelas mágicas a la primera. O a la segunda, si quieras llegas a saber de su existencia.

Lo bueno de llegar a ser un éxito en la escritura en un país como en el que yo vivo, es ser ahora una persona de gran influencia, tener amigos de los cuales comparten tu misma pasión, y sobre todo que están ahí para cualquier problema que tengas, esto último, uno lo creería cierto si no fuera porque la pequeña y omitida respuesta que esta más clara que cualquier manuscrito de Agatha Christie se pudiera obtener.

La falsedad.

Un ejemplo claro de ello, los acontecimientos que sucedían ahora mismo.

El primer rumor sobre el escándalo me llego a oídos a través de una bruma de humo de cigarro y perfume caro, una combinación toxica tan familiar en la escena literaria londinense como las malas críticas y los poetas mal vestidos. Ahí estaba yo, en medio de una gala benéfica, naturalmente celebrada en una resplandeciente casa adosada de Mayfair, donde el champán fluía tan libremente como las púas apenas veladas de los literatos de la ciudad.

Querida, ¿ya te enteraste? - La señora Agnes, cuyas novelas siempre se encontraban en los más vendidos, a pesar de ser, en mi propia opinión, tan aburridas como un plato de agua, se inclinó hacia mí, sus palabras rozando mi oreja como un secreto venenoso-. Todos están diciendo que es una copia total.

A la mitad del sorbo de champán que de repente me supo a agua del grifo, baje la copa. Al otro lado de la sala abarrotada, bañado por el frío implacable resplandor de una lampara de araña de cristal, colgaba un retrato del protagonista de mi última novela, un retrato inquietantemente similar al de una novela recién publicada por una autora tan desconocida para mí, como para todos lo de la elite británica

Bueno, ciertamente ya no tan desconocida.

  Solo que yo no lo sabía, el reflejo del celular deslumbraba en el iris verde aceitunado de los ojos de la señora Agnes, quien tuvo la audacia de girar su teléfono en todo mí rostro y mostrarme la inquietud que llego a propagarse por todo mi sistema nervioso. Una inquietud que llego a convertirse en una verdadera ayuda médica a los pulmones que se encontraban fallando deliberadamente sin importar las grandes cantidades de aire que inhalaba en cuestiones de segundos.

Las habichuelas mágicas me estaban dando por fin la pequeña degustación de lo que sintió Jack al encontrase con el gigante.

La abrumadora necesidad de salir de ese salón, llego del mismo modo del cual toda la multitud que estaba dispersada en sus asuntos, yacían parados observándome con tanta atención, sin importarle cualquier otro chisme exuberante de las magníficas altas sociedades inglesas que podrían llegar a ser mucho más cautivadoras que ver un plagio del que supuestamente yo era la acusada.