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Eunji estaba saliendo del aeropuerto junto con el resto de las chicas. Pensaban que nadie estaría fuera esperándolas, pero se equivocaban, ya que allí había decenas de fans y algún que otro fansite. Al principio todo iba genial: les dejaban pasar, les saludaban... hasta que la gente empezó a acercarse mucho a ellas, incluso sin dejarles espacio para pasar. Afortunadamente los guardaespaldas hicieron su trabajo, antes de que sucediese algo trágico.
—No me esperaba esto —fue lo primero que dijo Hana al subir a la camioneta.
—Ni yo. Eunji, Haru, ¿estáis bien? —preguntó Sumin sabiendo que ambas sufren cuando no respetan su espacio personal.
Ambas asintieron, tranquilizando a las otras tres chicas, quienes estaban preocupadas de que les hubiera afectado.
Mientras se dirigían al hotel, Eunji hablaba con Jisung por mensajes; le avisaba que ya habían llegado y que hablaría con Sumin para lo del concierto cuando él le confirmó que ambas podían ir.
Al llegar al destino, tuvieron que entrar por las puertas de atrás, para que no se diera la noticia de donde se hospedaban. Al entrar, su mánager entregó las llaves a cada una: Hana y Haru compartirán habitación, al igual que Sumin y Eunji, mientras que Jisu tendría una sola para ella.
Cuando llegaron a su cuarto, lo primero que hizo fue tirarse a la cama, causando la risa de la mayor.
—Ojalá me quedara aquí todo el día, unnie.
—¿Y por qué no? —dijo Sumin mientras colocaba las maletas en un sitio donde no molestasen, pasando por alto la mirada de la joven, hasta que se dio la vuelta—. ¿Por qué me miras así? Ah, es verdad, hoy era el concierto de Stray Kids.
—¿Recuerdas que te dije que íbamos a ir después de que acabara? —preguntó Eunji y la líder asintió—. Pues, a lo mejor, me han conseguido entradas o algo parecido para verlo.
—Es verdad, ¿Chan ha conseguido eso? —interrogó Sumin a lo que ella negó—. Si no fue él, ¿quién? Un momento...
—¿Qué? —habló Eunji de forma inocente.
—¿Ha sido Han? —y al ver a la idol sonrojándose, no pudo evitar sonreír.– Eunjinnie, sé honesta conmigo, ¿te gusta?
—No lo sé —respondió después de un rato–. Nunca me ha gustado alguien, por lo que no sé, pero sé que con él me siento diferente y me gusta esa sensación.
Hubo unos segundos de silencio, en los cuales tuvo tiempo de esconder su cabeza debajo de la almohada sabiendo lo que pasaría, cuando Sumin empezó a saltar y a gritar, pero no muy fuerte para no molestar al resto de la gente que se encontraba en el hotel.
—Te gusta —afirmó la mayor e hizo que la joven sacara la cabeza de donde la tenía.
