Prólogo

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"Qué orgullosa me sentía. Mis ojos brillaban como diamantes aquel 8 de marzo. Los rayos del sol recorrían todo mi cuerpo mientras sostenía aquella pancarta. Cada paso que daba me sentía más empoderada. 

Por fin lo estaba consiguiendo. Todas esas personas, tanto hombres como mujeres, tanto niñas como niños, ahí luchando conmigo por nuestros derechos, para evitar todas esas cosas que a mí misma y a más personas nos habían ocurrido en el pasado. Cosas que solo nos pasaron por haber nacido con ovarios en vez de testículos.

Ya estábamos cerca. La gente empezaba a dispersarse alrededor del ayuntamiento dándome paso para que pudiera hablar. Ya casi lo habíamos conseguido. Ya casi teníamos nuestros primeros derechos en las manos.

Solo faltaba un último paso. Qué poquito era. Pero ese 'solo' a veces no es tan sencillo. Ya que ese último paso era convencer a un hombre misógino y machista de que las mujeres también podemos hacer lo que él hace. Pero no podía rendirme. No ahora. Mucho menos después de todo por lo que había pasado. 

Me llamo Venus, Venus Torres. La única persona de este miserable pueblo que fue capaz de hacerse escuchar"

Una lucha inacabadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora