haunted house; hyunin

04

Luego de tantos juegos extremos, los chicos subieron a la rueda de la fortuna para descansar un poco y así calmar a sus acelerados corazones que palpitaban a toda fuerza en sus pechos por la reciente adrenalina. Pudieron ver el bonito paisaje a lo lejos, era un profundo bosque con pinos enormes como si fuera parte del bioma de Minecraft según Felix.

－Estoy agotado... －murmuró Kim.－Quiero ir a casa y dormir un día entero.

－Sirve de algo y baja un poco tu hombro. －dijo Minho.－Necesito recostarme un rato.

Toda la mañana habían estado de un lado para otro, riendo y bromeando pasando a la vez, un buen día entre amigos. Pero ahora el cansancio estaba presente en sus cuerpos y aparte, no habían almorzado como para reponer energías. Necesitaban descansar.

－Innie, ¿aún vas a salir con el payaso?

－Sí, supongo. Quedamos a las dos, pero como ellos están cansados pueden comer algo ya más cerca de sus casas y yo regreso solo.

－¿Estás seguro? Pueden dormir en el auto mientras te esperamos.

－No te preocupes, mejor regresen y pónganse cómodos.

Sin más insistencias, disfrutaron del agradable ambiente en aquella cabina roja en silencio. Apenas se veía un poco el sol ya que este era tapado por las nubes quienes querían cubrir todo el espacio del cielo. Luego de un tiempo, el pequeño paseo acabó y tuvieron que bajar de una forma perezosa junto a un bostezo.

Pronto el reloj iba a marcar las dos de la tarde así que Jeongin se despidió de sus amigos y les dijo que fueran con cuidado. También recomendó que Seungmin fuera en los asientos de atrás con Minho por si se quedaba dormido. A veces, cuando Kim dormía sentado, su cuerpo se iba para un costado así que debía prevenir que chocara con Felix.

El australiano agregó que si quería podría regresar a recogerlo, las calles aún parecían vacías así que no demoraría mucho en llegar. De todas maneras, Jeongin le dijo que solo se limitara a descansar en su casa, él nunca ha manejado un auto, pero a simple vista se notaba algo pesado.

Tomaron caminos distintos y el menor vio como los tres salían del parque, Felix tenía de los brazos al otro par para que no se le perdieran. Jeongin sonrió ante eso y regresó sus pies hacia la casa encantada en donde cierto chico rubio doblaba su traje de payaso para guardarlo en unas de las cajas.

－Hyunjin, falta poco para tu cita.

－¿Cita? －cuestionó Changbin, limpiando su cara del maquillaje de zombie.

－Había un chico peliazul que le flechó dentro de la casa, por poco y bota corazones por la boca.

－¡No estoy flechado por él!

－Pero si te quedaste mirándolo como un bobo. －dijo con burla.－Es más... Dame eso, yo guardaré tu traje. Tú solo anda a ver si el chico ya ha llegado. No me lo agradezcas, sé que soy lo mejor que pudo haberle pasado a tu vida.

－Es lo mínimo que puedes hacer luego de casi haberme matado del susto.

Jisung soltó una carcajada al igual que Changbin al imaginarse tal escena en su cabeza sabiendo muy bien lo escandaloso que era su amigo. El rubio le entregó el traje al castaño y se arregló un poco para salir de los vestidores para los empleados en la casa encantada.

Aún faltaban como seis minutos para las dos así que comenzó a mirar ambas direcciones en busca del bonito chico peliazul hasta que luego de unos segundos, lo vio sentado en una banca, probablemente esperando a que sea la hora exacta.

Hyunjin no pudo evitar sonreír porque si pensaba que el chico era hermoso estando casi en completa oscuridad, con la luz del día diría que era un bello ángel que bajo a la tierra para convivir con unos simples mortales que ni siquiera le llegaban a los talones.