-Cuanto puede tardar?- dije molesta con mi café en mi mano.
-No sé, dijo que iba a estar acá- respondió Harrison.
-Mas le vale que aparezca porque lo voy a matar- dijo Kate cruzándose de brazos.
Harrison habló con Thomas, y dijo que quería verme, no quería estar sola con él, y le pedí a Kate que me acompañe, Harrison también nos acompañó, no quería, pero fue algo bueno que haya hablado con Thomas.
Habíamos decidido juntarnos en Flakes, una cafetería en California, era increíble y muy linda. De pronto un recuerdo de Tom y yo vino a mi mente.
Me acodé de cuando había salido por primera vez con Tom, y habíamos ido a la casa de su abuela y había hablado sobre esta cafetería.
Eran casi las once de la mañana y la verdad ya quería irme, no sabía porqué seguía esperando si no iba a venir.
-Ahí está- dijo Harrison levantándose, yo estaba de espaldas a la puerta y Kate estaba a mi lado.
Harrison volvió a sentarse frente a Kate y yo levanté mi mirada hacia él.
-Hola- dijo él. Yo lo miré neutra.
-Hola- dije, se sentó frente a mi.
-Okay, voy por un café, alguien quiere algo?- yo negué.
-Yo quiero un...
-Entonces nadie quiere, ya vuelvo- reí un poco por la actitud de Kate, a veces era muy cómico ver como se comportaba.
-No se por donde empezar- dijo mirando mis ojos.
-Son las once de la mañana...- dije molesta.
-Qué?- dijo riendo.
-Estas drogado- lo miré seria.
-No...- soltó una risita.
-TOM- dijo Harrison.
-Qué solamente fue un poco de marihuana, nada que no hayas probado antes- dijo relajado. Kate llegó con un café frío.
-Puedo?- dije agarrando su café, ella me miró, asintió y me lo dió, le saqué la tapa y se lo tiré en la cara, haciendo que Harrison se moje un poco y las personas nos vieron.
-Está bien que se lo hayas tirado, pero me salió 10 dólares, si me decías antes compraba algo más barato- dejé el vaso con fuerza en la mesa.
-Sos un idiota, un imbécil y un insensible- salí de la cafetería y caminé hasta no se donde la verdad.
Llegué a una plaza y me senté en el pasto, de mi bolso agarré mi cuaderno y mi celular con mis auriculares y puse una canción.
Agarré una lapicera y dejé que mi mente se quede en blanco y poder sacar algunas cosas.
Estaba muy concentrada en literalmente no pensar. Sentí una persona detrás de mi, además de que el sol ya no me daba.
-No sabía que dibujabas- dijo detrás de mi, yo cerré mi cuaderno.
-No te dijeron nunca que espiar es de mala educación?- miré al frente, él se puso frente a mi y se sentó.
-Bueno, estoy en otro país, puede ser que algunas cosas sean diferentes- sonrió, pero yo lo miré seria.
-Vas a comportante como un idiota todo el tiempo en que te quedes o vas a hablar?- dije.
-Quiero hablar... al menos como seres civilizados-
-Depende, vas a malgastar mi tiempo?- pregunté seria, él negó- te escucho entonces-
Narra Tom
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