05; Dulces labios

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Durante esos días, Zhang Zhehan se había vuelto más unido a Gong Jun, pero también su timidez había alcanzado su máximo esplendor. A veces no lograba comprender el porqué, pero ahora todo comenzaba a cobrar sentido para Zhehan.

Gong Jun se había quedado en su casa desde hace ya dos días, por alguna extraña razón, o por obra del destino, sus padres le habían llamado diciéndole que no podrían regresar a casa tan rápido como lo planearon. Zhang Zhehan desde luego les dijo que no había problema, que podían tomarse el tiempo que fuera.

Algo que sorprendió demasiado a sus padres, sobre todo a la madre de Zhang Zhehan, porque su hijo no era de decir aquéllas palabras. Entonces supuso que la compañía de aquel chico, le estaba ayudando de mucho al pelinegro.

Y así era, en solo dos días Zhang Zhehan había llegado a la conclusión de que Gong Jun lo hacía sentirse raro, porque sentía como su vientre picaba por dentro, sentía sus manos sudar y los nervios solían hacerse presentes cada vez que Jun se encontraba tan cerca de él.

Se había percatado del repentino cambió de ambiente a su alrededor, porque desde que Jun había estado en su casa, podía sentir como todo a su alrededor se iluminaba. Antes no tenía con quien desayunar o comer, incluso cenar. Pero ahora, Gong Jun le preparaba algo durante el día, mientras Zhang Zhehan se sentaba frente al comedor, que quedaba viendo hacía la cocina, Gong Jun se encargaba de cocinar algo adecuado para su Gege, solía hacer bromas tontas mientras preparaba el desayuno, haciendo a Zhang Zhehan sonreír más de una vez.

Cuando Zhang Zhehan se sentía aburrido, se recostaba en el sofá de la sala, tratando de dormir un poco, pero siempre llegaba Jun y tomaba su mano para comenzar a masajearla, otras veces se sentaba en el piso, al pie del sofá y le platicaba infinidad de cosas, haciendo que el aburrimiento en Zhehan se esfumara.

Todo era tan cálido y hogareño, en un lugar donde la mayoría del tiempo se sentía frío y abandonado. No era suficiente para Zhang Zhehan tenerlo todo en la casa, sino había nadie que estuviera ahí con él.

Gong Jun podía ser mucho menor que él, había vivido como un vagabundo sometido a la pobreza y rechazó de los demás, pero ese chico seguía teniendo el alma limpia y brillante, tanto que parecía iluminar la vida de Zhang Zhehan.

—¿Gege?— Jun llamó, se encontraba de espaldas, esperando a que el chico detrás de él respondiera.

—¿Mmn?— musitó por lo bajo.

—¿Estás bien? ¿quieres hacer algo más?— preguntó el menor.

Se encontraban en la misma posición, Zhang Zhehan recostado en el sofá, acabando de leer un libro y Gong Jun sentado en el suelo y recargado en el sofá viendo la televisión. Aunque Zhang Zhehan sentía que ni leer un libro en esos momentos, podía hacer que dejará de sentir tanto aburrimiento.

—Mmm... no, estoy bien así— murmuró con la voz apagada, Jun se incorporó en su lugar, volteando para ver a su mayor. Sonrió levemente al ver como su Gege estaba por quedarse dormido en aquel sofá, por ello su voz había cesado, porque Zhang Zhehan estaba adormilado.

—Zhehan-ge...— llamó una vez más a su nombre —, ¿quieres jugar conmigo?— preguntó, pero ya no obtuvo respuesta alguna del mayor.

El menor lanzó una suspiró, dejando caer sus hombros sin ánimos, y solamente se dignó a quedarse ahí sentado, observando el rostro de su mayor, viendo como éste disfrutaba de poder dormir un poco más. Se sentía tan bien y tan mal al mismo tiempo estar ahí a su lado.

Jun podía comprender porque su corazón se aceleraba tan rápido cuando estaba con Zhang Zhehan, sabía que desde el momento en que lo vio quería protegerlo con su vida, no por el simple hecho de que le trajera vagos recuerdos de su hermana, más bien, porque podía darse cuenta de la falta emocional que debía sentir Zhang Zhehan.

𝒀𝒐𝒖𝒓 𝒆𝒚𝒆𝒔 𝒕𝒆𝒍𝒍 || ʲᵘⁿᶻʰᵉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora