❝Babe, del 1 al 10, te daré todo lo que quieras, te conozco más que nadie, nadie te ama más que yo cariño.❞ -Day6, 1 to 10
Donde varias personas desarrollan una obsesión insana con una chica que sólo desea ser libre.
💌 No se permiten copias ni ada...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
TOMÓ SU MOCHILA, LLAVES Y CHAQUETA NEGRA, antes de salir por la puerta de su casa, azotando con fuerza la pobre madera, no le importaba si eso molestaba a su abuela.
Caminó silenciosamente hasta el garaje de su casa, donde se encontraba su motocicleta negra, mientras su portón se abría, terminó de colocarse su mochila encima de su chaqueta, al último cubrió su cabeza con su casco y caminó hasta su motocicleta, prendiéndola y sentándose arriba de ella.
Soltó un suspiro enojado mientras apretaba el acelerador, manejaría con cuidado para no estrellarse, aunque ahora mismo casi lo deseaba.
Después de dar unos pasos con su motocicleta afuera del garaje, el cual se cerraba automáticamente, le dió una última mirada a su casa antes de arrancar e ir en busca de un poco de paz.
Mientras manejaba, recordó las palabras de su abuela, Amanda.
"Tienes tres días para empacar, ¿Está bien? Suerte" Ordenó con una sonrisa que para gente ajena parecía dulce y con amor, pero para (T/n) era lo contrario, sus ojos la delataban, la veía como si fuera un ser inferior que no podía hacerse cargo de nada incluso de ella misma, ¡Por dios, tenía 23 años! ¡Ya no quería depender de ella!.
Apretó con fuerza sus dientes y aceleró sin importarle el exceder la velocidad permitida, escuchó varios claxons a la vez que pasaba entre las filas de vehículos a lo que simplemente alzó su dedo del medio.
Después de varios minutos, sus ojos captaron una señal neon con forma de flecha, señalando a un restaurante que era el favorito de sus mejores amigos y de ella, era tradición ir cada viernes en la noche para platicar y ponerse al corriente sobre sus vidas.
Dejó que una sonrisa de alivio se pintará en sus facciones y entró al estacionamiento, como era una cliente recurrente y de varios años, el guardia de seguridad la dejó pasar sin tener que recibir un boleto sobre su entrada y que debería de pagar una vez se fuera.
Se estacionó y bajo de su motocicleta, dejando su casco en el asiento mientras buscaba su candado de disco, nunca le había pasado que intentarán robarle su vehículo pero nadie aseguraba que siempre sería así.
"Más vale prevenir que lamentar" Murmuró después de colocarle el candado y activar la alarma de su motocicleta.
Con su casco en mano, empezó a caminar hasta el restaurante, esperaba que sus amigos ya estuvieran o sino tendría que aguantar el hambre hasta que llegarán.
Apenas entró al restaurante, el olor de distintos sazones inundó sus fosas nasales, haciendo que su boca salivara por imaginar comer uno de los platillos.
Recorrió con sus ojos el establecimiento, encontrando a sus mejores amigos riendo en la esquina más alejada de la entrada, pegada a una pared y con sofás cómodos para quedar frente a frente.
