☻︎
El olor a pan recién horneado y café rondaba por la pequeña tienda de colores cálidos. Música relajante se escuchaba de fondo, pequeñas melodías de piano ambientaban la panadería.
Detrás de la caja mostradora estaba una joven acomodando y limpiando los letreros que indicaban los precios y nombres de distintas masas elaboradas ahí mismo con sabores exquisitos.—Ya casi está todo listo para abrir.—se dijo a si misma mientras terminaba de limpiar el último letrero color café.
Suspiró mirando el reloj que casi marcaba las 8 de la mañana y colocó el último cartel.
Sí, este era su día a día, algo muy sencillo, pero que la hacía inmensamente feliz. La repostería era algo que amaba desde pequeña, impulsada por su abuela logró ser una gran respostera y poder trabajar en lo que ella quería.—È ora di aprire!—caminó hasta la entrada de la tienda y procedió a darle la vuelta al cartel que decía “Chiuso” el cual cambió a “Aperto”.
Regresó a su puesto detrás de la caja mostradora y se dio la vuelta para comprobar que todo estuviese correcto antes de que algún cliente entrase.
—¡Buongiorno!—saludó cuando escuchó la puerta sonar.
—Buongiorno.—se dio la vuelta y vio a un señor de la tercera edad sonreírle.
—¿Qué desea? Si usted me permite le puedo recomendar algo exquisito.—habló con respeto.
—Claro, señorita.—el anciano miró el escaparate.
—Nuestras galletas Cantuccini con almendras son muy buenas, le recomiendo probarlas. Si usted gusta puedo darle una como muestra.—se balanceó en su sitio debido a la emoción del primer cliente del día.
—No hace falta que me dé una muestra, deme un paquete de esas galletas y una barra de pan.—pidió el señor amablemente.
—Claro.
Tras servir al señor, este pagó y salió de la tienda más que contento.
(T/n) (T/a) una muchacha italiana con muy buenas vibras y una personalidad radiante. Su panadería es una de las más queridas por la zona en la que vive, aunque no suele tener muchísimos clientes, los que vienen salen muy contentos por el servicio.
☻︎
Dieron las 8 de la tarde y (T/n) estaba sacando unas galletas del horno para colocarlas en su respectivo lugar hasta que escuchó de nuevo la puerta.
—¡Bienvenido!—saludó al chico de pelo rosa con vestimenta algo peculiar.
—Hola.—el chico sonrió a la muchacha y se acercó al escaparate.—¿No tienes galletas de chocolate?
—¡Ah sí! Estaba justo sacándolas del horno. ¿Cuántas desea?—preguntó mientras iba hacia la bandeja de horno situada encima de la encimera.
—Dame 6.
—Claro, pero lo mejor es esperar al menos un poco para que dejen de estar tan calientes, ¿gustas de un batido o algo hasta entonces?
—Un batido de fresa, por favor.
La ternura que le provocaba ese chico a (T/n) era increíble, parecía un niño pequeño e inocente.

ESTÁS LEYENDO
Panettiere (𝘠𝘢𝘯𝘥𝘦𝘳𝘦 𝘋𝘰𝘱𝘱𝘪𝘰/𝘋𝘪𝘢𝘷𝘰𝘭𝘰 𝘹 𝘙𝘦𝘢𝘥𝘦𝘳)
Fanfiction(T/n) vive en Italia, su vida es bonita y apacible hasta que un cliente de su bonita y pequeña panadería se obsesiona con ella. ☺︎︎☹︎☺︎︎☹︎☺︎︎☹︎☺︎︎☹︎☺︎︎☹︎☺︎︎☹︎☺︎︎☹︎☺︎︎☹︎☺︎︎☹︎☺︎︎☹︎☺︎︎☹︎☺︎︎☹︎☺︎︎☹︎☺︎︎☹︎☺︎︎☹︎☺︎︎☹︎ ➪Historia 100% mía. ➪Contiene contenido...