Panettiere (𝘠𝘢𝘯𝘥𝘦𝘳𝘦 𝘋𝘰𝘱𝘱𝘪𝘰/𝘋𝘪𝘢𝘷𝘰𝘭𝘰 𝘹 𝘙𝘦𝘢𝘥𝘦𝘳)

⌫3.𝖱𝗎𝗆𝗈𝗋𝗂

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Abrió los ojos con pesadez y se estiró. Su mirada se dirigió a la ventana de su habitación, aún era de noche. Quizás las 3 de la mañana, le daba pereza ver el reloj.

Soltó un bostezó y se acomodó girando su cuerpo para encarar la pared. Cerró sus ojos y segundos después escuchó un ruido en la cocina.

—¿Hmm?—se incorporó en la cama, preguntándose qué fue ese ruido.

Se levantó de la cama, agarró la pequeña linterna que tenía en el cajón al lado de su cama y caminó fuera de su habitación. Atravesó el pequeño pasillo y cruzó la puerta que daba al salón y a la cocina. Revisó en el salón que no hubiese nadie y luego se dirigió a la cocina, donde se escuchaban aún pequeños ruidos.

—¿Leo?—apuntó a una silueta agachada, la cual no se veía del todo bien ya que estaba detrás de la mesa.

—¡(T/n)!—Leo salió de detrás de la mesa a abrazar a la muchacha.—E-escuché ruidos y... ¡estaba muy asustado! Quise ir a ver qué era. ¡Vi a alguien en la ventana cuándo entré al salón y salí corriendo a la cocina!—Leo estaba claramente asustado.—¿Puedo dormir esta noche contigo? Porfa.

—Sí, pero ¿estás seguro de haber visto a una persona? Porque si es así debo poner más seguro, no vaya a ser que entren a robar.

—¡Sí, era un chico muy raro! Pero no lo recuerdo bien porque salí corriendo y no lo vi del todo, sé que tenía ropa algo rara.

—Bueno, tranquilo, pondré más seguro. Ve yendo a mi habitación, revisaré afuera e iré contigo a dormir, ¿vale?—la chica plantó un beso en la frente del pequeño.

—Vale...—el niño salió corriendo hacia la habitación de la muchacha.

“¿Un chico con ropa extraña?” pensó mientras caminaba a la entrada de la casa con la linterna encendida. Se puso los zapatos que estaban en la entrada de la casa y salió. Se asomó y miró alrededor, no había nadie en la calle.

—Miraré alrededor.—murmuró y se paseó alrededor de la casa, no había nada.—Tendré que avisar a Francess para que me ayude a poner más seguridad, no vaya a ser que nos entren a robar.—entró de nuevo en la casa y se quitó los zapatos.—¡Peque, ya voy!

Caminó tranquilamente hacia su habitación, con los ojos entrecerrados debido al cansancio.

—¿Viste algo?—preguntó Leo acostado en la cama cubierto con la sábana hasta el cuello.

—No, no había nada. Pero aún así pondré más seguridad, ¿vale?—se acostó al lado del niño.—Venga, duerme que mañana tienes clase.

—Buenas noches.—Leo cerró sus ojos y (T/n) igual.

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La alarma sonó, despertando a la chica,.la cual la apagó somnolienta. Tras unos pocos minutos tumbada en la cama se levantó a por la ropa de Leo antes de levantarlo.

Salió de su habitación y caminó al pasillo del otro lado para ir a la habitación de su hermano, la cual estaba al fondo del pasillo. Entró en la habitación, se dirigió al armario, el cual tenía pegatinas de coches pegadas en sus puertas, y lo abrió. Dentro había ropa, como pijamas, sudaderas, chaquetas, camisas... Y en la balda de abajo del todo estaba el uniforme de su hermano.