Extra

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—¡Avan, junta tus libros o los arrojaré a la basura, esta vez hablo enserio!

Balanceando a la bebé acunada en su brazo, Stiles reforzó el agarre en el brazo de Elijah mientras intentaba bajar las escaleras sin pisar ninguno de los libros apilados en los peldaños. Él realmente incentivaba la lectura en sus hijos pero si habia algo que odiaba era que dejaran los mismos por toda la casa, ¿acaso no se habia asegurado de que tuviesen una habitación privada para que cada uno fuese creador de su propio desastre? Los niños de hoy en día no aprecian esos pequeños gestos.

Avan, un niño de diez años con el cabello tan oscuro como la tinta, lo miró debajo del feliquillo que cubria sus hermosos ojos verdosos y sonrió —Lo siento, papi, estoy ordenandolos en la biblioteca del despacho y decidí clasificarlos en la escalera para no molestar a papá en la sala.

—Bueno, vas a tener que buscar otro lugar, esto es peligroso, uno de tus hermanos podria pisarlos y caer por las escaleras, así que recogelos —ordenó antes de sonreir —Y con respecto a tu papá, molestalo todo lo que puedas, para eso esta.

—¡Escuche eso, Stiles! —la voz de Derek atravezó la casa logrando que Stiles se carcajeara.

—Pues que bien que tu oido funciona perfectamente porque necesito que cambies a la pequeña Erica, ella tuvo un buen desayuno esta mañana y acaba de cargar su pañal.

Tanto Avan como Elijah hicieron un sonido de asco y Stiles rodó los ojos, principiantes. Derek no tardo en aparecer por una de las puertas contiguas, tomando a su hija de sus brazos y acunandola con cuidado. Ella acababa de cumplir tres meses pero se veia mucho más pequeña entre los fuertes brazos de su papá. Stiles le sonrió a Derek, ganandose un beso en los labios y otro sonido de repulsión por parte de sus hijos.

—Iré a cambiarla —Derek sonrió sobre sus labios antes de caminar a su lado para subir las escaleras, resbalando con uno de los libros y sosteniendose gracias a sus reflejos —Avan, recoje estos libros ahora mismo.

El niño se apresuró a obedecer —Estoy en eso, papá.

—¡Ustedes dos! —Stiles gritó, apuntando a sus otros dos hijos con un dedo mientras retenia el escape de Elijah con la otra, para tener seis años la pequeña mierda era fuerte. Los gemelos se giraron a verlo con curiosidad —¿A donde van?

—Vamos a casa de tio Scott, él prometio enseñarnos a conducir, ¿recuerdas? —Ian explicó con su mejor expresión inocente que Stiles dejó de comprar cuando el chico entró a la adolescencia.

—No, no lo recuerdo porque no me lo dijeron —él se jactaba de su buena memoria y esos dos bribones no lo engañarian —¿Y porque rayos Scott debe enseñarles? Tanto su padre como yo sabemos hacerlo, podemos enseñarles.

Ellos compartieron una rapida mirada antes de sacudir la cabeza —No sería lo mismo, lo siento, papá.

Stiles estrechó los ojos hacia ellos. El que fuera Ian quien estuviese defendiendo su caso era una obvia señal de que tramaban algo. Oliver era una mierda mintiendo por lo que por lo general, era su gemelo malvado quien llevaba acabo los planes.

—Shhht —los detuvo con un movimiento de mano cuando comenzarón a avanzar hacia la puerta nuevamente —Yo no dije que podian ir a ningun lugar.

—¡Papá! —Ian puso mala cara —Ya somos lo suficientemente mayores y responsables para que tengamos que pedirte permiso, debes tener confianza en nosotros.

—¿Lo dice el chico que quedo pegado a un poste el invierno pasado por querer lamer el hielo del mismo? Tuvimos que llamar a los bomberos —elevó una ceja y su hijo se sonrojó —Tienen dieciseis, uno es irresponsable y el otro influenciable, ustedes decidan que papel les va mejor. Son menores, son mis hijos y me pertenecen hasta que cumplan la mayoria de edad, así que muevan sus culos a la sala porque nadie aprendera a conducir hoy.

El Obsequio de Stiles |Sterek|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora