saturno - jarlos.

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6 de Julio de 2019 - Hospital.

Los chicos estaban pensando en mil maneras de darle la dolorosa noticia a la novia de Carlos. Si a los tres chicos que eran sus mejores amigos, le había golpeado tan fuerte, que Evie terminó en urgencias.

"—Lo siento mucho, sufrió un infarto cerebral del que no pudo sobrevivir. Lo declaramos muerto hace unos minutos."

Mal no se iba a ofrecer como la persona que le diría, y mucho menos Uma. Ellas podían decir que eran muy fuertes, pero en ese momento no se sentían así. Un fiel amigo había partido, y por ende, había un vacío en el corazón de todos.

Nadie mandaría a que Audrey lo hiciera, pues su sinceridad sería capaz de hacer que la pobre Jane muriera. Así que, optaron porque fuera una sola persona que sería capaz de dar la noticia sin tener que ser tan duro: Ben.

O bueno, no hubo tanta necesidad de que entraran como tal a la habitación en donde estaba ella, porque, casualmente, ella escuchó algunos de las cosas que estaban diciendo. Y accidentalmente escuchó el grito de Jay.

—Chicos...

Los presentes voltearon a mirarla, como por arte de magia palidecieron.

Las manos de Jane temblaban, al igual que sus labios, su corazón latía muy rápido.

—Díganme que lo que oí no es cierto... Por favor.— suplicó a media voz—, Díganme que no está muerto. 

No podían mentirle, no podían decirle que todo iba a estar bien, cuando realmente el destino hizo de las suyas. Aunque la verdad les doliera, había que aceptarla.

—Jane... Lo declararon muerto hace treinta minutos.

Ese fue el gobernante de Auradon y mejor amigo de Carlos, había sido él único que tuvo el valor de decirle.

En Saturno viven los hijos que nunca tuvimos

—No, no, no, no, ¡NO!— el grito que Jane dio fue muy desgarrador. Ben trató de abrazarla, pero ella lo comenzó a golpear—, ¡Tú nunca mientes, Ben! ¡No me mientas! ¡Él está vivo!— comenzó a gritar y a sollozar a la vez. Después de darle puños algo débiles a su amigo, dejó que él la abrazara mientras ella seguía llorando.

Ya no habría un beso de buenos días.

Ya no habrían bromas entre ellos dos.

Ya no habría un futuro.

Ya nada de lo que había querido que ocurriera.

La soledad la carcomería nuevamente.

Ya nada sería igual.

Él ya no estaba.

***

Actualidad.

Jane se despertó sobresaltada. Había vuelto a soñar de nuevo con ese momento exacto.

Se acomodó bien en su cama, talló sus ojos con sus manos, y luego limpió las lágrimas de sus mejillas. Su mirada se fue a su reloj de mesa, el cual indicaba que eran las dos de la mañana. Un bostezo se hizo presente antes de que volviera a recostar su cabeza sobre la almohada.

Se acomodó hacia su lado derecho, para poder ver la luna llena que había aquella noche.

En Plutón aún se oyen gritos de amor

Si nada de lo que había ocurrido aquel seis de julio hubiera pasado, en ese mismo momento ella estaría en Sea Side con él. Sonrió al ver la foto que estaba en su mesita. Aún lo extrañaba más que nunca.

Pudieron decirle que debía reemplazar el amor que ella le sentía a él, pero realmente, ¿quién podría lograr que ella se sintiera segura de sí misma? ¿Quién le demostraría todos los días que ella valía más que el oro?

Carlos vio en ella lo que nadie más veía. Muchos de los que la rodeaban la veía como 'la hija de la directora', 'la niña insegura', 'la niña que necesita aprobación'. Él, en cambio, la vio como 'una chica con mucho potencial que le hacía falta creer en sí misma'.

Como no amarlo, y sentir dolor al hacerlo.

Como no desear devolver el tiempo y parar aquella catástrofe.

Como no querer volverle a decir lo mucho que...

—Te amo...— susurró antes de cerrar sus ojos nuevamente.

—Yo también te amo, mi hadita.

Los ojos azules de Jane se abrieron de par en par al escuchar esa voz. Sin duda alguna era él. Se sentó de nuevo en su cama y prendió una de las lámparas.

No había nadie.

Juraba haber escuchado su voz.

O quizá, había sido un sueño...

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