· ─ ❨ 𝗲𝘅-𝗯𝗼𝘆𝗳𝗿𝗶𝗲𝗻𝗱 ❩
¿al final podré tener
mi historia de amor?
Nyoko siempre creyó que su relación de secundaria con Tōru podría durar muchos años más al salir, pero lamentablemente no fue así. Tantas cosas que tuvo...
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capitulo uno "oikawa tōru"
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La secundaria era una de las etapas más temidas para Nyoko. No solo por el simple hecho de que se acababa de mudar de ciudad y por ende no conocía a nadie, sino que era una etapa que aunque sus papás dijeran que sería de las mejores no sabía si podría ser así. Pero al parecer la Secundaria Kitagawa Daiichi no era mala, así que aunque sus ánimos no fueran los mejores, debía intentar hacer algo bueno de su estadía intentando pasarla bien.
El primer día de clases fue tan normal como ella se esperaba, y lo cierto es que no sabía con quién pasar el rato ya que todos parecían llevarse bien al instante menos ella. En la hora de la salida se dirigía a su casa caminando debido a que no quedaba muy lejos, y se sorprendió al encontrarse con un chico que sostenía un balón de voleibol en la mano y por estar lanzándolo contra la pared casi la golpeaba, haciéndola caer en el suelo de trasero.
—¡Lo siento tanto! —exclamó el muchacho de cabello de un color marrón chocolate y ojos iguales, dejando el balón seguir su rumbo y parándose junto a ella para ayudarla a levantarse, a la vez inclinándose pidiéndole disculpas—. No creí que el balón fuera a irse en tu dirección... bueno, además no te vi, perdón.
Aceptó la mano del chico y y se levantó con su ayuda para después limpiarse el polvo que seguro le había quedado en el uniforme, y lo miró mejor estando muy cerca de él. Lo único en lo que podía pensar Nyoko era que ese chico era el más guapo que había visto en su vida, e incluso sintió su respiración se detuvo un milisegundo debido a que la miraba con preocupación. Aún sostenía su mano, así que, avergonzada, la soltó, y se pasó la mano por su cabello del lado izquierdo como era costumbre desviando la mirada.
—No te preocupes, no dolió —respondió riendo de forma nerviosa. Aunque no sabía si aquello era verdad, pero estaba tan concentrada en aquel momento que no se había puesto a pensar en el dolor—. Gracias por ayudarme a levantarme.
—Es lo mínimo que puedo hacer por el casi golpe que te daba —dijo el chico sonriendo y con las mejillas ruborizadas—. Soy Oikawa Tōru, ¿cómo te llamas?
